Las búsquedas en Google están batallando con la inteligencia artificial. Hasta hace muy poco, el flujo natural para informarse en internet seguía un recorrido bien conocido: un usuario introducía una pregunta en Google, la página de resultados mostraba enlaces de medios y blogs, el lector hacía clic en uno de ellos y, con suerte, permanecía allí lo suficiente para leer la pieza, ver algún anuncio y contabilizar una visita en las métricas del sitio.
Aquella dinámica, que sustentó durante dos décadas el modelo de distribución del periodismo digital, está cambiando a marchas forzadas. El responsable directo es la inteligencia artificial aplicada a los buscadores y, en concreto, el nuevo formato AI Overviews lanzado por Google en mayo de 2024 para Estados Unidos.
9¿Debe intervenir el regulador?

El debate sobre si Google, OpenAI y otras tecnológicas deberían compensar a los medios por el uso que hacen de su contenido no es nuevo, pero el crecimiento de los AI Overviews y de los resúmenes de ChatGPT le aporta urgencia. Varios legisladores europeos han planteado modelos de licencia obligatoria o fondos de distribución de ingresos similares al “canon digital” aplicado a la música en el pasado.
La ejecución práctica, sin embargo, es compleja: ¿cómo se valora cada fragmento? ¿A qué medios se paga y a cuáles no? ¿Quién audita que la IA respete términos de uso o no amplifique desinformación?
En Estados Unidos, las demandas antimonopolio contra Google han reabierto la discusión sobre si el buscador abusa de su posición. La compañía defiende que enlaza fuentes y que los medios reciben tráfico gratis. La realidad es que cuando el resumen satisface la necesidad, el clic se esfuma. Y con él, el argumento de la gratuidad.