Este año, junio rompió todos los récords de calor: la temperatura media estuvo más de un grado por encima de lo normal. Caminar por la calle se siente como caminar dentro de un horno. Salir a hacer deporte en verano al aire libre se ha convertido en un acto de valentía.
Sin embargo, nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan mantener la rutina de ejercicio. Reconocer que el calor extremo exige ajustes es el primer paso. Cambiar horarios, deportes e intensidad puede marcar la diferencia entre colgar las zapatillas o seguir en forma. La gran revelación llegará en el tercer subtítulo.
7La importancia de elegir bien tu equipación

La ropa marca la diferencia: tejidos sintéticos o semisintéticos de trama apretada protegen contra los rayos y facilitan la transpiración. Una camiseta oscura de poliéster o rayón bloquea más UV que el algodón.
Opta por calzado abierto y transpirable, calcetines de algodón y una gorra ligera con visera. Este conjunto optimiza la ventilación y minimiza el riesgo de quemaduras o irritaciones que frenan tu entrenamiento.