Este año, junio rompió todos los récords de calor: la temperatura media estuvo más de un grado por encima de lo normal. Caminar por la calle se siente como caminar dentro de un horno. Salir a hacer deporte en verano al aire libre se ha convertido en un acto de valentía.
Sin embargo, nuestro cuerpo y nuestra mente necesitan mantener la rutina de ejercicio. Reconocer que el calor extremo exige ajustes es el primer paso. Cambiar horarios, deportes e intensidad puede marcar la diferencia entre colgar las zapatillas o seguir en forma. La gran revelación llegará en el tercer subtítulo.
5Alternativas seguras en interior climatizado

No todos tenemos acceso a una piscina, pero el gimnasio con aire acondicionado salva la situación. Mantener el ritmo de tus entrenamientos habituals sin derretirte es posible. El entorno refrigerado prolonga tu resistencia y tu motivación.
Clases de spinning, pesas y sesiones de cardio en sala son excelentes substitutos. Planifica tus visitas en las horas centrales, cuando el calor exterior es insoportable, y aprovecha el “refugio fresco” para no interrumpir tu deporte en verano.