miércoles, 9 julio 2025

Las telecos pierden la guerra del talento tecnológico, que prefiere las empresas de IA

Las telecos están perdiendo la batalla por incorporar talento tecnológico a sus filas. Los y las ingenieras, las y los matemáticos y especialistas de otras disciplinas que precisa la industria tecnológica prefieren trabajar en compañías que desarrollen tecnologías como la IA. Las regulaciones de empleo que las telecos han sufrido debido a la hipercompetitividad del sector consiguen que el talento laboral prefiera empresas que ofrezcan invención y relevancia científica más allá de meras infraestructuras que se renuevan tecnológicamente, pero que ahora mismo no se ven como generadoras de empleo seguro. España necesita cubrir más de 4.000 puestos en IA y datos. Solo la relación entre empresas y centros educativos podría paliar el problema de las telecos.

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«La mayor lucha en las telecomunicaciones es el talento. Y estamos perdiendo». Así de contundente se muestra Sebastián Barros, experto en empresas de telecomunicaciones, que ha trabajado en Ericsson y Google, y que ha fundado Circles, una compañía especializada en plataformas SaaS que permite a los operadores de telecomunicaciones lanzar «marcas digitales innovadoras o renovar las existentes, acelerando su transformación en empresas tecnológicas».

Según su análisis, para los graduados en ingenierías que eligen dónde desarrollar sus carreras, «las telecomunicaciones ofrecen infraestructura. Las alternativas ofrecen invención». Su argumento es demoledor, porque asegura que el talento se va a otras industrias tecnológicas antes que al sector de las telecos, y que el cambio no tiene que ver con la percepción, «sino con la relevancia. El talento no gravita hacia lo familiar. Se mueve donde percibe la velocidad, el descubrimiento y la agencia significativa».

«para los graduados que eligen dónde desarrollar sus carreras, las telecomunicaciones ofrecen infraestructura. Las alternativas ofrecen invención»

En las últimas semanas Barros ha visto como Meta ha puesto en marcha sus laboratorios de Superinteligencia e IA, y ha reclutado con cierta facilidad a Alexandr Wang, ex CEO de Scale AI, Trapit Bansal de OpenAI y Jack Rae, ex líder de investigación de DeepMind, todos «dioses» del olimpo de la Inteligencia Artificial. Según indica «estas empresas están reuniendo equipos de mentes científicas globales. Ofrecen propósito, autonomía y la oportunidad de trabajar en ideas que se sienten cultural e intelectualmente definitorias».

Para este analista, ya no se trata de retos en materia de RRHH de las telecos. «Son retos existenciales, porque si los nuevos talentos no entran en el sistema, la industria eventualmente se encontrará bien diseñada y vacía«.

Según señala, el informe Telco of Tomorrow 2025 de EY, el 73% de los ejecutivos de telecomunicaciones calificaron la atracción y retención de talento como su preocupación más urgente en la fuerza laboral. McKinsey & Company proyecta que la demanda de roles digitales y relacionados con la IA en las telecomunicaciones aumentará entre un 20% y un 30% para fines de la década, mientras que la oferta de graduados calificados aumentará a menos de la mitad de esa tasa.

Telefónica, Masorange y Vodafone pierden la guerra del talento tecnológico, que prefiere las empresas de IA
Profesionales visitantes alrededor del stand de Telefónica en el MWC 2024. Fuente: Telefónica

LOS INGENIEROS NO BUSCA A LAS TELECOS

Telefónica tiene ahora, por ejemplo, 156 empleos anunciados en Linkedin. Algunos son para cubrir puestos de ingeniería de automatización y optimización de red móvil, otros de especialista de cuentas en ciberseguridad o de IoT, pero la mayoría son para los equipos de ventas, comerciales o atención al cliente y los más técnicos se piden para Telefónica Tech. En MasOrange hay cuatro puestos para comerciales, becarios y desarrolladores de negocio en tecnologías. Vodafone España tiene ocho posiciones en las que pide un ingeniero de Big Data, otro de Ciberseguridad y otros puestos relacionados con la gestión, que sí precisan ingenieros en telecomunicaciones, pero para el área comercial.

Tal y como ha publicado en sus redes el ingeniero Barros, en una encuesta realizada por la consultora PwC, casi la mitad de los empleados de telecomunicaciones «expresaron incertidumbre sobre la posibilidad de que su empresa siguiera existiendo dentro de diez años. Uno de cada tres planeaba activamente irse».

las descripciones de los puestos de trabajo en las telecos siguen estando «basadas en herramientas heredadas. Los roles se definen más por el cumplimiento que por la creatividad. Las culturas internas recompensan la alineación, no la experimentación»

Hay un problema en las telecos. Ya no se las ve como las grandes empresas seguras en las que desarrollarse tecnológicamente. El experto señala también que cada año acude al Mobile World Congress, que sigue atrayendo a miles de participantes y ve cómo «la energía sigue siendo fuerte y el orden del día cambia». Sin embargo, «muchas de las conversaciones tienen lugar entre la misma cohorte. Los mismos profesionales cambian sus roles, de operador a proveedor, de proveedor a integrador, pero la comunidad misma envejece«. Así que concluye «la ausencia de voces más jóvenes no es sutil. Es estructural».

Si preguntas en el sector, coinciden con Barros en que hay menos puntos de entrada para que «los graduados nativos digitales se unan a la industria». En su opinión, las descripciones de los puestos de trabajo siguen estando «basadas en herramientas heredadas. Los roles se definen más por el cumplimiento que por la creatividad. Las culturas internas recompensan la alineación, no la experimentación». Concluye que en todos los operadores, la edad media del personal técnico supera los 40 años. En Estados Unidos, más de dos tercios de los técnicos de telecomunicaciones tienen más de esa edad. En algunos puestos, la edad media es de 53 años.

En opinión de este y otros expertos, el sector continúa invirtiendo en la modernización de la RAN, la cloudificación y las API de red, «sin embargo, no ha redefinido su propuesta de valor para la generación que heredará esas inversiones».


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