Los últimos días han sido especialmente convulsos para Cayetano Rivera, quien atraviesa un momento personal muy delicado tras verse envuelto en un incidente con la Policía que ha desatado una tormenta mediática sin precedentes. La noticia de su detención a comienzos de semana sacudía el panorama informativo, dejando al descubierto una situación que ha dejado profundamente afectado al torero, tanto en el plano anímico como en su imagen pública. A sus 48 años, el hijo de Paquirri y hermano de Fran Rivera se enfrenta a una crisis inesperada que ha ido ganando protagonismo a medida que se conocen nuevos detalles del caso. Mientras los titulares se suceden, su entorno más cercano alerta del impacto emocional que le está provocando este episodio, y su abogado ha confirmado que su estado anímico es preocupante.
2El silencio de Cayetano Rivera

En medio del silencio de Cayetano, su abogado Joaquín Moeckel ha tomado la palabra para subrayar el duro momento que atraviesa su cliente. En una intervención en el programa ‘D Corazón’, Moeckel explicó que el torero está “muy mal anímicamente”, no tanto por el dolor físico que pudo haberle ocasionado el forcejeo, sino por las consecuencias morales de verse en una situación tan extrema. “Si eres una persona tranquila, educada, es muy duro verte en un calabozo 4 o 5 horas esposado”, declaró el letrado. En sus palabras, se percibe la gravedad del estado emocional en el que se encuentra Cayetano, que habría quedado “anímicamente hundido” tras lo sucedido. Unas declaraciones que no solo confirman lo difícil de la situación, sino que además humanizan a una figura que durante años ha tratado de mantenerse al margen del foco mediático más polémico.
El escándalo ha tenido una gran repercusión en todos los ámbitos de la prensa, tanto en televisión como en medios digitales, dada la relevancia pública del torero. La noticia ha copado minutos de tertulias y portadas, lo que ha incrementado la presión mediática sobre él. En este contexto, Cayetano ha sentido la necesidad de emitir varios comunicados para frenar la avalancha de rumores y explicaciones inexactas que se estaban publicando. En uno de ellos, dejó muy clara su postura al decir: “Ante determinadas publicaciones aparecidas en algunos medios, me veo en la necesidad de aclarar, que en ningún momento he protagonizado ni participado en ningún acto de agresión hacia agentes de la autoridad”. Con estas palabras, Rivera intentaba poner límites a una narrativa que considera injusta, a la espera de que el proceso judicial determine lo ocurrido con base en pruebas objetivas.