¿Tienes barriga? ¿Sabes por qué? ¿Alguna vez te has levantado, te has mirado al espejo o simplemente te has sentado a desayunar y has notado que tu barriga parece haber crecido “de la nada”? No hablamos de una ligera hinchazón después de una comida copiosa, sino de una distensión abdominal notable, persistente y, en ocasiones, bastante molesta. Si no hubo excesos gastronómicos la noche anterior ni cambios en tu dieta, quizás la razón no esté en lo que comiste, sino en cómo te sentiste.
En este artículo vamos a hablar de un motivo muy común —y a menudo subestimado— que puede provocar una barriga prominente de forma repentina: el estrés. Y sí, es más serio de lo que parece.
10¿Qué se puede hacer para que desaparezca?

Si identificas que el origen de tu hinchazón puede estar en el estrés, no solo debes cuidar tu alimentación, sino también tu estado emocional. Aquí algunas estrategias eficaces:
- Respiración diafragmática. Respirar profundamente activa el nervio vago, lo que ayuda a calmar el sistema nervioso y mejorar la digestión. Inhala por la nariz, infla el abdomen y exhala por la boca, lento. Hazlo varias veces al día.
- Comer sin pantallas ni prisas. Comer frente al móvil, viendo noticias o en medio del trabajo mantiene al cuerpo en “modo alerta”. Crea un ambiente tranquilo, mastica despacio y conéctate con lo que comes.
- Dormir bien. El descanso regula las hormonas del estrés. Intenta tener horarios fijos para dormir, evita el móvil antes de acostarte y prioriza el sueño como parte de tu salud digestiva.
- Hacer ejercicio físico. Caminar, nadar, hacer yoga o cualquier actividad moderada ayuda a reducir el cortisol, mejora el ánimo y el tránsito intestinal.
- Buscar apoyo emocional. Si tu barriga no se desinfla con cambios en la dieta y reconoces un patrón emocional, puede ser momento de acudir a un terapeuta. Hablar, ordenar ideas, trabajar la ansiedad o el miedo es clave para sanar también el cuerpo.