Desde que Elliott Management entró en el capital de BP, han rodado cabezas desde muy alto -la jefa de estrategia y directora de sostenibilidad y el equipo de investigación de gases ‘verdes’, entre otros- y el enfoque de la compañía ha dejado de lado las renovables para volver a centrarse en el gas y el petróleo. Así las gasta este fondo, capaz de dictar las políticas de una de las petroleras más grandes del mundo y que también tiene un trocito de una energética señera en España: Repsol.
¿A QUÉ SE DEDICA ELLIOTT MANAGEMENT?
Elliott Management es lo que se conoce como un fondo activista, lo que, a pesar del nombre, dista mucho de ser una ONG. Se trata de un tipo de fondos de inversión dedicado a adquirir participaciones significativas en empresas cotizadas con el objetivo de adoptar un rol activo en su gestión; es decir, utilizar al máximo el poder de decisión que le otorgan las acciones compradas para influir de forma decisiva en el rumbo de la compañía.
ELLIOTT MANAGEMENT ES UN FONDO ACTIVISTA; ES DECIR, UN TIPO DE FONDO QUE SE DEDICA A ADQUIRIR PARTICIPACIONES SIGNIFICATIVAS EN GRANDES EMPRESAS CON EL OBJETIVO DE INFLUIR LO MÁXIMO POSIBLE EN SU GOBIERNO
Detrás de los inversores activistas suele haber firmas de capital riesgo, hedge funds o grandes fortunas que buscan multiplicar su poder y peso en los mercados mediante su presencia en múltiples juntas de accionistas. En el caso de BP, Elliott posee un 5% del capital social, lo que le da una considerable ‘manga ancha’ que no se ha recatado en utilizar.
Elliott, que ha incrementado su participación en BP a ese nivel a base de contratos derivados, se ubica entre los principales accionistas de la compañía, junto a BlackRock y Vanguard. Esta posición le ha permitido actuar como un auténtico CEO en la sombra, con exigencias que la directiva ha acatado sin rechistar.
LA IMPLACABLE ‘FUSTA’ DE ELLIOTT EN BP
Según reporta Reuters, Elliott ha instado a BP a aumentar su flujo de caja libre (cash flow) hasta los 20.000 millones de dólares para 2027, desde aproximadamente 8.000 millones el año pasado, mediante significativos recortes de gastos e inversiones.
Como se ha dicho, el declive de los precios del petróleo no ha impedido al fondo impulsar el regreso de BP a un enfoque basado en los combustibles fósiles, dejando la transición energética en un segundo plano. Este polémico ‘golpe de timón’ consiste en aumentar la inversión anual en petróleo y gas a 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), como parte de los esfuerzos del CEO, Murray Auchincloss, para complacer a Elliott y mejorar los rendimientos.
El énfasis en el negocio de hidrocarburos desplaza a las energías renovables, que bajan un peldaño en su escalafón de prioridades. La inversión anual prevista en el apartado de transición energética se reducirá en más de 5.000 millones de dólares, hasta situarse entre los 1.500 y 2.000 millones de dólares al año.
LA INFLUENCIA DE ELLIOTT EN BP HA OBLIGADO A LA PETROLERA A ‘PASAR LA GUADAÑA’ SIN MISERICORDIA: PRIMERO CAYÓ SU DIVISIÓN DE GASES ‘VERDES’ Y UN MES MÁS TARDE ENSEÑÓ LA PUERTA A LA DIRECTORA DE SOSTENIBILIDAD, GIULIA CHIERCHIA
La otra pata de la nueva estrategia dictada por el inversor es la de los despidos. Una de las más destacadas ‘víctimas propiciatorias’ fue el equipo dedicado a la investigación del hidrógeno y el gas natural licuado (GNL) para el transporte, cerrado sin contemplaciones por la directiva del gigante petrolero.
Menos de un mes después, la guadaña alcanzó a su jefa de estrategia y directora de sostenibilidad, Giulia Chierchia, cuyo cese efectivo se ha producido el pasado uno de junio. Cherchia fue la principal responsable del giro hacia las energías renovables de la petrolera, estrategia que Elliott considera fracasada.
Según indica Reuters, la inversión de Elliott en BP se articula a través de equity swaps, contratos financieros que permiten beneficiarse de los movimientos de las acciones sin poseerlas directamente. Paradójicamente, la participación de Elliott no conlleva derechos de voto.
¿Cómo se explica, pues, que mande tanto? «Al final, Elliott es un inversor activista con muy buena reputación e historial de éxitos, y sus recomendaciones suelen tener mucha ascendencia en otros inversores y el mercado en general» -explica a MERCA2 Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst en Renta4- «Por lo que el equipo gestor de las compañías en las que invierte suelen tener muy en cuenta sus recomendaciones».
ELLIOTT EN REPSOL
En marzo, Elliott Management entró en el accionariado de otra importante petrolera: la española Repsol. Según los datos inscritos en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el capital que acumula alcanza ya el 1,35% de los títulos, lo que equivale a una inversión de aproximadamente 200 millones de euros.
Sin embargo, y pese a que los bajos precios del petróleo y la debilidad de los márgenes de refino también han hecho mella en Repsol, la situación de la petrolera presidida por Antonio Brufau no es ni remotamente parecida a la de BP, y las intenciones del fondo en la misma tampoco.
«Desde nuestro punto de vista, la posición corta de Elliot Management en repsol es básicamente una cobertura frente a su fuerte posición en BP»
Pablo Fernández de Mosteyrín, equity research analyst en Renta4
«Desde nuestro punto de vista, la posición corta de Elliot Management es básicamente una cobertura frente a su fuerte posición en BP» -comenta Mosteyrín- «No creemos que tenga mucha relevancia para Repsol».
«Lógicamente no es algo agradable, pero tampoco es extraño ver posiciones cortas en el accionariado», sentencia. Lo que está haciendo Elliott en Repsol, aclara el experto, es apostar en contra de su crecimiento en Bolsa, que es la principal motivación de un inversor bajista (las posiciones ‘cortas’ equivalen a una porción muy pequeña del capital) que solo tiene un 1,35% de la compañía.