El secreto para cuidar las plantas en los días más tórridos reside en pequeños gestos diarios que marcan la diferencia. No basta con regar a cualquier hora; el calor extrema la evaporación y estresa las raíces. Comprender este fenómeno te permitirá mantener tu jardín fresco y vibrante sin pasarte horas tratando de rescatar hojas marchitas.
Con un par de ajustes en tu rutina —como cambiar el momento de riego y proteger el sustrato— prepararás un microclima ideal. En este artículo descubrirás consejos sencillos que mi abuela aplicaba, trucos modernos de jardinería y la clave para cuidar tus plantas con constancia, sin que el verano te pase factura.
1Elegir el momento adecuado es saber cuidar las plantas

Cuando quieres cuidar las plantas, regar en las horas centrales provoca más daño que beneficio. El agua se evapora antes de llegar a las raíces y puede quemar las hojas si queda sobre ellas bajo el sol. Riega siempre al amanecer o al atardecer, cuando el aire está más fresco y las plantas absorben mejor el agua.
Este simple cambio marca un antes y un después: tus macetas agradecerán cada gota y las raíces formarán un sistema más profundo y resistente. Además, evitarás el típico “efecto lupa” que crea manchas blancas en las hojas y dificulta el crecimiento saludable de tus plantas bajo el sol abrasador.