La relación entre Álvaro Muñoz Escassi y Sheila Casas ha llegado a su fin de forma repentina y ha sorprendido a todos, especialmente por el modo en que se ha producido el anuncio. El jinete y finalista de Supervivientes 2025 hablaba públicamente en TardeAR de su noviazgo con la hermana de Mario Casas apenas unos minutos antes de que ambos compartieran, a través de sus cuentas de Instagram, un comunicado conjunto confirmando la ruptura. Un giro inesperado que ha dejado desconcertados a los seguidores de la pareja, que hasta ese momento creían que la relación seguía su curso e incluso apuntaba a un futuro de compromiso.
2El mensaje de Escassi

En ese mismo mensaje, Escassi reconocía lo complicado que puede ser dejar atrás a alguien que te ha hecho feliz, y reflexionaba sobre lo que implica desprenderse de una relación que aún deja huella. «Aceptar eso a veces es doloroso porque uno tiende a querer como ufff… Cuesta soltar muchas veces a una persona que te hizo feliz, que te hizo reír, que te hizo sentir. Es como que soltar es muy difícil y más cuando hay amor. Pero entender que a veces es por un momento y ya… Eso es también la magia que tiene la vida», continuaba en su comunicado, dejando entrever que el vínculo emocional seguía presente, aunque la decisión de separarse se había tomado con serenidad y conciencia.
Su historia de amor comenzó en los pasillos de ‘TardeAR’, el programa de Telecinco donde ambos coincidieron y donde nació una relación que rápidamente llamó la atención de la prensa. Aunque mantuvieron cierta discreción durante los primeros meses, no tardaron en aparecer juntos en redes sociales, compartiendo escapadas, momentos de complicidad y alguna que otra declaración pública. Sin embargo, y pese a la buena sintonía que parecían mantener, la relación se ha disuelto antes de alcanzar su primer aniversario.
Pese al final, ni Sheila ni Álvaro han mostrado signos de tensión o reproches mutuos. Ambos han optado por mensajes amables y emotivos, centrados en lo vivido más que en lo que pudo ser y no fue. Su actitud ha sido, en todo momento, madura y respetuosa, intentando preservar la intimidad de una decisión dolorosa que, sin embargo, consideran necesaria. No ha habido referencias cruzadas, ni acusaciones, ni detalles incómodos: solo palabras con cierto sabor a nostalgia y un claro deseo de mantener el respeto mutuo por encima de cualquier otro sentimiento.