El retraso del lunes de los trenes de alta velocidad en las rutas andaluzas por un problema en una catenaria ha dejado más secuelas de lo normal. Aunque los retrasos en el servicio no son una novedad, el hecho de que el tren detenido en las vías fuese de una empresa privada, en este caso de la francesa low cost Ouigo. La situación ha permitido que en el gobierno busquen culpables más allá de ADIF y en particular la empresa francesa es una de las víctimas favoritas de figuras como el ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente.
Lo cierto es que en este caso las primeras críticas de la empresa de origen francés no vinieron de la cartera de transporte, sino que, sorpresivamente, llegaron desde la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, quien quiso recordar no solo que el tren causante de los retrasos no era de Renfe, sino también revivió el fantasma de un sabotaje en las vías de alta velocidad, una posibilidad levantada varias veces por el gobierno, pero de momento sin presentar evidencias reales.
«La actitud de Ouigo ha sido determinante en la lentitud a la hora de despejar las vías de AVE». La ministra añadió que «no es la primera vez que la competencia privada genera problemas en la gestión de una infraestructura crítica para el país». Sin embargo, Ouigo no ha perdido la oportunidad de defenderse.
La empresa respondió casi al momento, recordando que las competencias de las vías y del auxilio del vehículo están en manos de ADIF. Sin embargo, además han recalcado que el problema no vino desde su tren, sino que es un problema frecuente en las rutas de alta velocidad españolas, gestionadas por la empresa pública.

«El hecho de que un tren de Ouigo se pare momentáneamente en la vía es habitual en una red con una demostrada capacidad de recuperación de la circulación. Esto no puede utilizarse como supuesta causa de la caída de tensión en la catenaria. La infraestructura debe contemplar con normalidad este tipo de situaciones. Sería como atribuir la responsabilidad en el hundimiento de una carretera a los coches atascados, algo frecuente y habitual», explican en un comunicado dirigido a los medios.
«Por tanto, es erróneo atribuir como causa de estos hechos a una parada técnica de pocos minutos en la vía. Según el informe de Alstom, fabricante de los trenes de Ouigo y encargado de su mantenimiento, ningún tren de Ouigo presentaba daños al regresar ese día al taller. En cualquier caso, como puede apreciarse en las imágenes del incidente que han trascendido, el tren que se engancha en la catenaria no pertenece a Ouigo», sentencian en el texto.
ALSTOM DEFIENDE SUS TRENES Y A OUIGO
En cualquier caso, Ouigo está apoyando su defensa en uno de sus grandes aliados. El fabricante de trenes Alstom, encargado de fabricar los trenes que usa la empresa en España, mismo modelo que usa su matriz, el SNCF. El fabricante, como es normal, ha hecho una revisión del tren afectado y ha señalado que no hay ningún fallo en la infraestructura del vehículo, por lo que el motivo para su avería debe haber sido relacionado con la vía o con algún otro motivo externo.
Se lee en el informe de Alstom: «Las unidades que han estado operando en el corredor sur han tenido sus intervenciones de mantenimiento según el plan de mantenimiento vigente, referencia ENG-2N2-PM-0000 Rev.05. Tras el retorno de los trenes a su base de mantenimiento en las noches siguientes, no se ha constatado ninguna anomalía relacionada con la incidencia»
Por su parte, Ouigo dejó claro en su comunicado que son responsables del mantenimiento de estos vehículos, y que cumplen con las exigencias del día a día para operar en las vías de alta velocidad española.
EL TRANSPORTE SUFRE A PRINCIPIO DEL VERANO
Lo cierto es que más allá de buscar culpables, la foto de principio del verano para España no es la mejor. Aunque se espera que el país vuelva a romper récord de turistas, los problemas recientes en el control de pasaportes en Barajas, traducidos en aglomeraciones incómodas en la T4 del aeropuerto y la situación de la alta velocidad, hacen de la situación cuando menos delicada.
Lo importante es, de momento, que no se repita de nuevo la situación el resto de la temporada estival. El gran problema es, por supuesto, que en la alta velocidad esta situación se repite de forma periódica, y no hay una respuesta real a la vista.