La experiencia culinaria puede frustrarse con un simple huevo cocido mal ejecutado. A veces, al intentar hacer un huevo duro, el resultado no es más que una pieza deslucida, con clara pegajosa y un sabor apagado. Reconocer el problema es el primer paso para mejorar tus técnicas y disfrutar de una textura y un gusto óptimos cada vez.
Muchos de nosotros hemos visto burbujas blancas flotando y claras cuajadas indeseadas. Recordar consejos ancestrales y adaptarlos a nuestra cocina diaria ayuda a superar estos tropiezos. A partir de ahora, cada huevo cocido será uniforme, sabroso y fácil de pelar, gracias a un sencillo gesto que cambiará por completo tu preparación.
7Herramientas específicas

Existen en el mercado punzones diseñados para hacer un huevo duro sin esfuerzo, con asas ergonómicas y puntas adaptadas al grosor de la cáscara. Su uso simplifica la perforación y garantiza el tamaño óptimo del orificio. Estas herramientas añaden comodidad y repetibilidad al proceso.
Aunque resulta práctico, no es imprescindible un alfiler de costura o un palillo casero puede funcionar igual de bien. El truco reside en la precisión y en no excederte al presionar, pues un agujero demasiado grande podría dejar escapar clara y arruinar la cocción…