La reciente publicación de la lista de morosos de la Agencia Tributaria ha vuelto a colocar a varios personajes conocidos en el centro del foco público, pero uno de los nombres que más ha llamado la atención este año es el de Bertín Osborne. La aparición del presentador y cantante en este listado oficial, con una deuda que lo convierte en uno de los contribuyentes con mayores impagos del país, ha generado un revuelo considerable, especialmente porque coincide con un momento personal complicado para él. En paralelo, Gabriela Guillén, madre de su hijo menor y protagonista de una relación que ha sido seguida con lupa por los medios, ha decidido pronunciarse públicamente sobre el asunto, con la franqueza y naturalidad que la caracteriza.
2El problema ha estallado

En un clima en el que la situación patrimonial de Bertín Osborne ha quedado al descubierto y es objeto de escrutinio, Gabriela ha preferido centrarse en su propia economía. Aunque no ha ofrecido cifras concretas, sus palabras dejan entrever que no atraviesa un momento de abundancia, pero sí de autonomía. Su actitud transmite un mensaje claro de independencia y resiliencia, y confirma que, pese a todo el ruido mediático, su prioridad está lejos del mundo fiscal de su expareja. Así, mientras el nombre de Bertín Osborne aparece en los titulares por sus deudas con Hacienda, Gabriela Guillén continúa adelante con su vida, su trabajo y la crianza de su hijo, sin esperar nada de quien figura como moroso en los registros oficiales.
La inclusión de Bertín Osborne en la lista de morosos no ha pasado desapercibida, sobre todo por el elevado importe que adeuda al fisco, una cifra que supera con creces los 600.000 euros. Esta cantidad sitúa al artista en una posición delicada a nivel económico, generando dudas sobre la gestión de su patrimonio, especialmente teniendo en cuenta su prolongada carrera en la televisión, la música y el mundo empresarial. A pesar de los ingresos que ha podido generar durante décadas de actividad pública, esta deuda evidencia que sus finanzas no atraviesan el mejor momento. La noticia ha sorprendido a muchos que aún lo perciben como una figura de éxito económico, asociada a propiedades de alto valor y contratos televisivos relevantes.
Lo cierto es que la fortuna de Bertín Osborne ha sido objeto de especulación desde hace años, pero ahora los datos fiscales confirman que su situación dista mucho de la imagen acomodada que proyecta. Aunque no ha hecho declaraciones al respecto, su aparición en el listado oficial de deudores pone en entredicho el estado real de su solvencia financiera. Además, el hecho de que mantenga compromisos pendientes como la manutención de un hijo pequeño complica aún más su panorama personal. Mientras Gabriela Guillén prefiere no opinar sobre sus finanzas, lo que sí ha dejado claro es que espera que cumpla con sus obligaciones, independientemente de la deuda que arrastre con la Agencia Tributaria.