El nuevo plugin de Chrome que promete desenmascarar las mentiras visuales de la inteligencia artificial llega como un soplo de aire fresco en un entorno digital cada vez más viciado por la duda. Vivimos en una era de incertidumbre visual, donde cada fotografía puede ser una ventana a una realidad inexistente o un engaño perfectamente orquestado, y la línea entre lo auténtico y lo artificial se desdibuja a una velocidad alarmante. La simple idea de que una extensión gratuita pueda devolvernos parte del control perdido es, como poco, revolucionaria y absolutamente necesaria para navegar por la red con un mínimo de confianza.
La propuesta, bautizada como «AI or Not», no es una solución improvisada surgida de un garaje de Silicon Valley, sino el resultado de una investigación rigurosa llevada a cabo en casa, en la prestigiosa Universidad Politécnica de Madrid. Esta herramienta para Chrome, nacida del ingenio español, no es una promesa vacía; representa una respuesta tangible y poderosa a uno de los mayores desafíos de nuestra era digital, ofreciendo un faro de certeza en un océano de posibles falsificaciones con una eficacia casi infalible. La pregunta ya no es si podemos fiarnos de lo que vemos, sino si estamos dispuestos a usar las herramientas para verificarlo.
1LA GUERRA CONTRA LOS ‘FAKES’: CÓMO LA UPM SE PUSO MANOS A LA OBRA

La explosión de plataformas de generación de imágenes como Midjourney, Stable Diffusion o DALL-E ha supuesto un antes y un después en el mundo creativo, pero también ha desatado una tormenta perfecta para la desinformación. La proliferación de estas herramientas ha democratizado la creación de imágenes, pero también ha abierto la caja de Pandora de la manipulación a una escala nunca vista, inundando las redes con realidades fabricadas que son indistinguibles a simple vista para el ojo inexperto. Desde Papas con abrigos de diseño hasta detenciones de figuras políticas que nunca ocurrieron, el caos visual campa a sus anchas.
Frente a este panorama, un equipo de investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Informáticos de la UPM decidió que era hora de pasar a la acción y ponerse las pilas. No se trataba de frenar el avance tecnológico, una batalla perdida de antemano, sino de dotar al ciudadano de a pie de un mecanismo de defensa. Su trabajo se centró en desarrollar un modelo capaz de identificar las huellas sutiles e imperceptibles que dejan los algoritmos de la IA, creando un detector fiable que funcionase directamente en el navegador Chrome, el campo de batalla diario para millones de usuarios en todo el mundo.