El cambio se dio a las 12 de la noche de la madrugada entre el lunes y el martes. La aplicación para autónomos de Glovo dejó de funcionar, dejando a los trabajadores que todavía dependían de este modelo de trabajo sin su sustento. Es cierto que desde que la empresa decidió que trabajaría con un modelo de riders contratados, también dejó claro que no todos los que estaban registrados como autónomos se mantendrían en la aplicación, pero también es evidente que no todos querrían dar el salto al nuevo modelo.
Esta situación ha convertido, de momento, a Uber Eats en un salvavidas. Usuarios que compartían cuentas, repartidores sin documentos legales o incluso algunos que simplemente prefieren operar bajo la figura del autónomo han saltado a la opción de delivery de la empresa de transporte. Es cierto que no todos han podido, como es de esperar, la aplicación tiene un límite en los riders que permite operar, pero los repartidores que la usan ya reportan ver a más compañeros, y esperar más tiempo entre pedidos.
Lo cierto es que, como lo hizo Glovo hasta el último momento, en Uber Eats defienden que sus trabajadores son autónomos, incluso dentro de los parámetros de la ley rider. Es un punto clave, que seguramente tendrán que defender en el corto plazo si la decisión del unicornio español hace que desde el Ministerio de Trabajo se revise la situación de los repartidores de sus competidores.
En cuanto a la empresa, de momento, ha mantenido silencio sobre la decisión de Glovo y sobre lo que significa sobre su propio modelo de reparto. En esta situación es lógico pensar que están revisando sus opciones, pero también es una realidad que, siguiendo el modelo que funciona en su plataforma de transporte, desde Uber sí se plantearon trabajar con rider contratados, usando un modelo de flotas tercerizadas. Sin embargo, se dio un paso atrás y la empresa decidió finalmente operar con riders autónomos como principal medio de reparto, aunque siguen usando flotas para los servicios de reparto de los supermercados.
UBER EATS SIGUE IGNORANDO LA SITUACIÓN
Es bueno señalar que antes de tomar la costosa decisión de contratar a sus repartidores desde Glovo habían lidiado con varios problemas. No solo se trataba de la inspección de trabajo, o de los números casos legales que enfrentaron con diferentes resultados, sino también de una denuncia desde fiscalía contra su Consejero Delegado y Fundador, Oscar Pierre y una demanda por competencia desleal hecha desde Just Eat.

En este espejo debería estar viéndose Uber Eats. Es que, si bien de momento no ha habido ninguna declaración oficial ni de sus competidores ni las instituciones, es de esperar que tengan algunas críticas directas contra su modelo. Ya en alguna entrevista, tras anunciar el inicio de su proceso de contratación, el propio Pierre ha señalado que se les ha presionado mucho más que a sus rivales en este aspecto, una decisión que ha criticado desde el inicio.
Es cierto que a diferencia de otras plataformas de delivery que operaban en España como Deliveroo y Stuart, el mantener su modelo de autónomos ha permitido a Uber Eats seguir operando en territorio ibérico. Aun así, la situación del sector cambia todos los días y aunque algunos avances, como los drones de reparto, siguen viéndose lejanos, son retos que las empresas del sector tendrán que asumir llegado el momento. Por tanto, es clave seguir monitoreando la situación en el corto plazo.
LOS SINDICATOS SEÑALAN QUE LOS AUTÓNOMOS RETIRADOS DE GLOVO FUERON DESPEDIDOS
Por su lado, los sindicatos como UGT o CGT han expresado a través de redes que desde antes de que su aplicación dejará de funcionar definitivamente ya se estaba dejando a los «falsos autónomos» por fuera de los pedidos, que se estaba asignando sobre todo a las flotas con las que trabaja la empresa. Ahora señalan que apartarlos de la aplicación sin una solución debe ser considerado un despido, por lo que estos trabajadores deben recibir sus finiquitos y demás pagos que debe asumir un trabajador despedido.
Por supuesto, hay una diferencia básica de criterios, pues la plataforma considera que son autónomos con los que no van a seguir colaborando, y los sindicatos siguen manteniendo que se trata de empleados. Es una controversia que se puede transformar en uno de los últimos pleitos legales de Globo alrededor de sus riders, pero solo el tiempo lo dirá.