domingo, 6 julio 2025

«La Promesa»: Duro enfrentamiento entre Martina y Catalina por la gestión de la finca

Al miércoles 2 de julio; la Promesa vuelve con un capítulo que mezcla traiciones, desmesuradas ambiciones y ocultos talentos. La finca de los Luján es el campo de batalla entre Martina y Catalina, mientras Toño desafiaba a Manuel para seguir la dictadura de su corazón. En los salones de la alta sociedad Lope baila al borde del abismo, y Leocadia va tejiendo su red con una frialdad que devoraría a los de su misma corte. Cada escena es un tablero de ajedrez donde las piezas se mueven con un peligroso propósito.

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UNA MENTIRA PONE AL LÍMITE LA PROMESA

Fuente: RTVE

Jugar con fuego no puede terminar de otra manera que quemarte o calentarte. Lope ha logrado entrar en casa del duque de Carril gracias al joven Federico, cuya curiosidad tiene el mismo peligro que la contagia. Cada respuesta que el muchacho hace es hilo que Lope debe ir tejiendo por miedo a caerse en su mentira. Pero cuando el duque entra de sopetón, el impostor concreta las dudas de que tiembla el suelo bajo sus pies.

«La falta de pasado de un hombre es como un libro sin páginas para aprender» le susurre el duque. Fijándole una mirada tan contundente que parece que entra en la carne. Lope inventa sobre la marcha, pero sus historias son tan europeas que hacen sospechar a los Vera. En cambio, el joven Federico nada sospecha de que es usado como un caballo de ajedrez. El peligro ya no es que te descubran, sino que un rival más audaz que Lope convierte su juego en trampa.

La trama se complica en la medida en que el duque da la orden de que se realice «un seguimiento de Lope», lo que se traduce en que un criado de confianza persigue sus movimientos y pronto empiezan a detectar incongruencias en lo que narra Lope. Este, con el cerco cerrado sobre él, se arriesga: si no logra escapar, al menos logrará eludir su peligrosísima situación.

Comienza a sembrar la semilla de la duda sobre otros miembros de la casa, empieza a arar en la dirección de la división de los veras, ya que «la confusión es el mejor aliado de un mentiroso», y asiste a cómo los veras empiezan a desconfiar, en cierto modo, hasta de ellos mismos. Pero hay un factor que no tiene en cuenta: Federico, a pesar de ser joven, no es bobo. Este ha empezado a darse cuenta de las contradicciones en las palabras de Lope, ha visto cómo su admiración está empezando a dar paso al recelo.

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