sábado, 5 julio 2025

«La Promesa»: Duro enfrentamiento entre Martina y Catalina por la gestión de la finca

Al miércoles 2 de julio; la Promesa vuelve con un capítulo que mezcla traiciones, desmesuradas ambiciones y ocultos talentos. La finca de los Luján es el campo de batalla entre Martina y Catalina, mientras Toño desafiaba a Manuel para seguir la dictadura de su corazón. En los salones de la alta sociedad Lope baila al borde del abismo, y Leocadia va tejiendo su red con una frialdad que devoraría a los de su misma corte. Cada escena es un tablero de ajedrez donde las piezas se mueven con un peligroso propósito.

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EL MOTOR DE UNA REBELIÓN

Fuente: RTVE

En ocasiones, el progreso surge de la desobediencia, como en La Promesa. Desde el inicio Toño Luján ha vivido bajo la sombra de Manuel, pero su encuentro con Enora lo cambia todo: «Prefiero equivocarme que obedecer sin entender», le reconoce, manteniendo un desafío abierto a su superior. Lo que le propone está claro: que colabore ella y no Manuel con él y su proyecto de aeronáutica.

El hangar se convierte en el templo de ideas imperceptibles. Enora es la que con su impresionante criterio técnico rediseña componentes, mejora propuestas y deja perplejo a Toño. Sus manos cubiertas de aceite son los esquemas que contienen sus garabatos: el talento no conoce de géneros ni de escalas. Manuel se masajea las sienes pensando cómo ha llegado a perder el control y Alonso observa en un lúgubre silencio. Algo importante está sucediendo y no todo el mundo está preparado y listo para acogerlo.

Pero el taller no es solo un lugar de armonía, todos los demás ingenieros, incómodos con la presencia de una mujer en su zona de confort, comienzan a obstruirle el trabajo de una manera muy sutil: una herramienta que desaparece del banco, un plano que queda mal colocado, risas en los pasillos… Enora, no obstante, no se deja amedrentar. Su determinación no hace más que consolidar la unión que se va forjando entre ambos y, poco a poco, lo profesional empieza a ser algo más que profesional.

Manuel, al enterarse por Toño de los avances técnicos alcanzados por Enora, se ve forzado a tener que reconocer su valía, por mucho que le cueste reconocérselo incluso a sí mismo. Pero hay algo más: Toño no solo ha puesto en jaque su autoridad en el taller, ha comenzado a demostrar que hay otras maneras de liderar. En su interior, Manuel es consciente de que este enfrentamiento podría presagiar el inicio de la pérdida de la taura, y eso, desde luego, no está dispuesto a consentírselo.


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