Desde que se convirtió en uno de los grandes protagonistas de Supervivientes 2025, la vida de Montoya ha dado un giro radical. El joven sevillano, conocido por su paso anterior por La isla de las tentaciones, ha desaparecido de los medios, de los platós y de sus redes sociales, alimentando las dudas sobre su estado anímico y mental. Su entorno ha confirmado que ha optado por refugiarse en su localidad natal, Utrera, donde permanece alejado del foco mediático y bajo estricta recomendación médica.
1Montoya está pasando un mal momento

Montoya no acudió al debate final del reality emitido el 22 de junio, y su ausencia no pasó desapercibida. Carlos Sobera, presentador del formato, fue el encargado de explicar que el concursante estaba en casa descansando por motivos médicos. Desde entonces, todo lo que ha trascendido sobre él ha sido a través de programas como Socialité o Vamos a ver, donde se ha hablado de una baja médica, una situación emocional compleja y una retirada casi total de la vida pública. Incluso sus padres han optado por el silencio frente a las cámaras apostadas en la puerta de su casa.
«Ha dejado de hacer vida normal», afirmaba una fuente cercana a su entorno en declaraciones a Socialité. Según esa misma fuente, Montoya ha dejado de ir al gimnasio, ha cancelado compromisos profesionales —entre ellos, el lanzamiento de un single— y ha optado por desaparecer incluso de las redes sociales. Desde el pasado 18 de junio no ha publicado nada en su cuenta de Instagram, donde suma más de 700.000 seguidores, y ha borrado algunas publicaciones relacionadas con el concurso, lo que podría evidenciar cierto malestar con la organización del programa.
En las escasas apariciones recientes que se han captado del sevillano, Montoya se ha mostrado con gafas de sol y gorra, claramente intentando pasar desapercibido. En un vídeo emitido en Vamos a ver, se pudo ver cómo evitaba responder preguntas de la prensa sobre su relación con Anita, su compañera en el concurso. Se limitó a decir «poco a poco», mientras se tapaba la cara en señal de agobio y se disculpaba con un gesto de las manos por no querer hablar. El momento reflejó la situación de estrés y ansiedad que estaría atravesando.
La psicóloga Lara Ferreiro ha analizado el caso en varias entrevistas recientes. A su juicio, Montoya estaría sufriendo un «burnout mediático», una especie de fatiga emocional que afecta a quienes están sometidos a una presión constante por parte de los medios y del público. «Podría estar sintiendo que no tiene el control de su imagen. Quizás pensaba que iba a manejar la fama, pero se ha dado cuenta de que son los medios los que le controlan a él«, explicaba Ferreiro. La psicóloga hablaba de un conflicto profundo entre el deseo de ser famoso y la necesidad de proteger su salud mental.