La DGT intensifica sus controles justo cuando el verano aprieta de verdad y el aire parece detenerse sobre el asfalto. En plena ola de calor, conducir sin la etiqueta ambiental obligatoria puede costarte hasta 200 € de multa, y no hace falta que un agente te vea: basta con que una cámara lea tu matrícula y te remita la sanción. La DGT coordina con los ayuntamientos para endurecer estas restricciones en las grandes ciudades y proteger la calidad del aire en los días más tórridos.
Aunque no exista una alerta formal de contaminación, la DGT puede activar de un día para otro el protocolo especial cuando el termómetro marque más de 35 °C, aplicando sanciones automáticas en Zonas de Bajas Emisiones. Si tu coche no tiene el distintivo, la multa llegará a tu casa y, además de doler al bolsillo, dejará claro que la DGT no bromea con el medioambiente ni con nuestra salud.
1¿Por qué se intensifican los controles en plena ola de calor?

La DGT sabe que el aire caliente tiende a estancarse y que las partículas contaminantes quedan atrapadas al nivel de la calle, agravando problemas respiratorios y cardiovasculares. Con temperaturas altísimas, la atmósfera no se mueve, y los coches sin etiqueta ambiental aportan más emisiones justo cuando el cuerpo humano está más vulnerable…
Por eso, en jornadas de más de 35 °C, se refuerzan los operativos en ciudades con Zonas de Bajas Emisiones. La DGT activa cámaras y radares para evitar la circulación de los vehículos más antiguos, coordinándose con los ayuntamientos para ajustar las restricciones a la intensidad de la ola de calor.