La Alianza por la Competitividad de la Industria Española es la organización consagrada a construir un tejido industrial español capaz de medirse con sus pares exteriores a todos los niveles. Y si hay un sector afectado por los vaivenes del mercado energético, ese es el de la industria.
Al departir con MERCA2 sobre esta cuestión, el portavoz de la Alianza, Carlos Reynoso, se muestra partidario de que la política energética se haga desde Europa. Un enfoque comunitario es, a su juicio, el mejor camino para abordar lo que él denomina el «trilema» de la transición ecológica: conciliar la descarbonización con un coste eléctrico razonable y seguridad en el suministro.
MERCA2: Empecemos con la actualidad más inmediata. ¿Cómo recibe la Alianza la exención del 80% de los peajes a los consumidores electrointensivos?
La aprobación de esta medida, cuyo regreso llevábamos reclamando desde que se canceló en enero, es una noticia positiva. En los años en los que ha habido una prórroga de esta medida se ha demostrado eficiente, ya que reduce el coste eléctrico.
Dicho esto, hay que tener presente, por un lado, que solo alcanza una parte de la industria. Otras áreas industriales también tienen un coste eléctrico que afecta a su competitividad, así que hay que tomar otras medidas que también las beneficie. Por otro lado, la Comisión Europea (CE) ha aprobado una estrategia de energía asequible en la que recomendaba a los países miembros reducir la fiscalidad energética y dar pasos para reducir la factura eléctrica final de la industria. En España, hay muchos elementos de esta factura que deben ser eliminados.
M2: La noticia ha coincidido con el permiso de Bruselas de bajar el precio eléctrico a las industrias que inviertan en tecnologías ‘verdes’…
No es exagerado decir que la capacidad que está otorgando la Comisión a los países para poner en marcha medidas que impulsen el proceso transformador de la industria marca un antes y un después. Nosotros siempre hemos dicho que el mejor escenario es un marco de apoyo a nivel comunitario, que favorezca el mantenimiento del mercado interior y evite distorsiones de competencia entre países.
Esto, sin embargo, no deja de ser una posibilidad, una ventana. Al final, todo depende de los países miembros, y nos preocupa que España pueda no dar pasos tan decididos a la hora de materializar estos programas. El tiempo dirá si éste o futuros gobiernos aprovechan esta oportunidad.
M2: La medida está contenida en el ‘Decreto Anti Apagones’ preparado por el Gobierno. ¿Cómo cuantifican el daño que el ‘Gran Apagón’ del 28 de abril causó en un área tan intensiva energéticamente como la industria?
Una cifra exacta es difícil, aunque sectores como el refino lo han cuantificado. Lo que sí podemos afirmar es que el impacto fue alto, severo y duradero. En muchas áreas industriales recuperar la actividad no depende de simplemente pulsar un botón; es un proceso complejo. Los daños han sido mucho más serios de lo que se está anticipando.
«ES IMPRESCINDIBLE QUE LAS MEDIDAS DE AJUSTE QUE ESTÁ LLEVANDO A CABO RED ELÉCTRICA EN EL SISTEMA TRAS EL APAGÓN NO SE CONVIERTAN EN ESTRUCTURALES»
M2: ¿Qué consecuencias a largo plazo traerá el blackout para el sector? ¿Se avecina una etapa de desconfianza inversora?
Evidentemente, sí, ha causado incertidumbre, y ya lo estamos viendo. Pero el efecto dependerá de las medidas que se están tomando y que se tomen en el futuro para transmitir seguridad de que un evento así no se volverá a repetir. Se tienen que determinar con claridad las causas para poder recuperar la credibilidad perdida.
A corto plazo nos preocupa que las acciones orientadas a ‘poner la tirita’ terminen causando más daño. El mejor ejemplo son los servicios de ajuste que está llevando a cabo REE, que aumentan de forma considerable la factura. Es imprescindible que esta medida no se convierta en estructural.
M2: ¿Qué tipo de compensación está contemplando exigir la Alianza por las pérdidas? Y, sobre todo, teniendo en cuenta la guerra entre REE y las eléctricas ¿A quién hay que pedírsela?
Las reclamaciones las llevarán a cabo cada una de las empresas a título individual. En cuanto al destinatario de éstas, es prematuro decirlo. Primero hay que saber las causas.
M2: ¿Qué lectura preliminar extrae usted del apagón? ¿La transición energética ha debilitado el sistema eléctrico español?
El apagón ha debilitado la confianza de todos en el sistema. La política energética se enfrenta a un trilema: primero, contener el coste eléctrico para el consumidor; por otro, impulsar adecuadamente la sostenibilidad y la descarbonización del sistema; y por último, garantizar la seguridad del suministro. Hay que equilibrar estos tres elementos, lo que no es tarea fácil.
La conclusión del episodio del apagón es que las políticas energéticas de los últimos años en España han puesto un peso excesivo en el vértice de la sostenibilidad. Por tanto, seguridad de suministro y sostenibilidad tienen que ganar peso en el enfoque.
«LA PIEDRA ANGULAR DE LA INDUSTRIA DEL FUTURO ESTÁ EN LAS AYUDAS PÚBLICAS»
M2: Estos dos últimos años la industria no ha ganado para sustos. ¿En qué fase se encuentra el sector en España?
La coyuntura es muy especial, ya que han confluido varias crisis. Al Covid-19 le siguió la ruptura de la cadena de suministros y la guerra de Ucrania, luego sufrimos la tensión inflacionista, ahora la inestabilidad comercial… Nos movemos entre retos, pero también entre oportunidades. El sector está pasando por profundos cambios de transición energética y digitalización, que están sembrando las semillas de la industria del futuro.
La piedra angular está en las ayudas públicas, que determinarán qué industria tendremos en España y en Europa. Mario Draghi lo confirmó en su informe: las inversiones marcarán el rumbo y las oportunidades serán aprovechadas por quienes apuesten por una política industrial. La industria tiene que integrar tecnologías muy costosas y necesita la compensación y el apoyo de los poderes públicos para mantener e impulsar la competitividad. Es fundamental que España entienda esto, como lo han entendido EEUU y China.
M2: ¿Cómo están encajando la guerra comercial desatada por Donald Trump?
Con mucha preocupación. La industria trabaja en mercados globales y, por tanto, el comercio internacional es esencial para nosotros. Los aranceles no tienen solo el efecto directo de las tarifas, sino que, en la medida en que EEUU imponga nuevos costes a otras regiones, también supone que los flujos mercantiles que antes iban a parar a Estados Unidos ahora se dirigen a Europa. Por ejemplo, los cargos a las exportaciones chinas hacen que éstas se reorienten a Europa, compitiendo, a veces de forma desleal, con los productos locales.

M2: Periódicamente, nos visita el dato de la factura eléctrica de las industrias electrointensivas españolas, muy superior a la de sus pares europeas. Un dato que se repite una y otra vez, año tras año…
Ha habido algunas medidas positivas como la reciente ampliación de las compensaciones indirectas de CO2 o la de la reducción de los peajes, pero son totalmente insuficientes. Tenemos que huir del triunfalismo que despiertan muchas veces estas políticas, ya que la factura eléctrica se compone de un sinfín de elementos y los datos son tozudos: las electrointensivas españolas pagan mucho más que sus competidoras francesas o alemanas.
Necesitamos ver más acción política en este sentido, porque Europa ha trasladado la responsabilidad a los estados miembros. España debe repensar su estrategia energética.
M2: ¿Qué le piden a la planificación eléctrica en general y al Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) en particular?
Un mucho mejor equilibrio de los tres vértices del trilema: la sostenibilidad es necesaria, pero no a costa de multiplicar el precio ni de poner en jaque la seguridad del suministro.