Con la llegada del calor veraniego, dominar el arte de elegir la mejor sandía es esencial para disfrutar de un bocado fresco y jugoso que hidrate y sacie. La OCU ha recopilado seis claves fiables: color, pedúnculo, peso relativo, sonido, forma y tacto, para que cada compra sea un acierto y tu sandía nunca resulte seca ni sin sabor.
Aplicando estos consejos sencillos, convertirás cada merienda en un momento refrescante y saludable. Con la OCU como guía, aprenderás a descartar piezas inmaduras o pasadas de punto y a identificar el grado ideal de madurez. Olvida los disgustos y saborea siempre una fruta llena de jugo y dulzura.
2Pedúnculo firme y olor fresco

El pedúnculo debe conservar un aspecto verde y aromático, señal de que la sandía se cosechó recientemente. La OCU advierte que un tallo seco o mustio revela pérdida de jugosidad y una pieza menos fresca, con pulpa reseca.
Acércalo a la nariz: si percibes notas vegetales suaves, es un buen indicio… De lo contrario, mejor descartar la pieza. Este gesto rápido evita sorpresas en la mesa y asegura que cada rodaja tenga textura crujiente y un aroma tierno.