sábado, 5 julio 2025

«La Promesa»: Una joven misteriosa se acerca en una fiesta a Manuel y le susurra algo en el oído que deja al joven sin palabras

La noche tan esperada en La Promesa está a punto de dar rienda suelta a pasiones, traiciones y revelaciones de una forma que cambiará radicalmente el destino de los personajes en cuyo entorno gira la serie. El capítulo 624 será, en tal sentido, el punto de inflexión de la historia desde el mismo instante que caigan las máscaras en la serie y que los rumores ocultos en la oscuridad resulten en actos imprevisibles. Manuel, Adriano y Ángela se están preparando para un reto de juicio en el que tendrán que aguantar el valor, mientras que en la oscuridad se cierran peligrosos pactos y silenciosas represalias.

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ÁNGELA Y PETRA EN LA PROMESA

Fuente: RTVE

Ángela hace un esfuerzo por respirar tras su explosión en La Promesa, sintiendo cómo el sopor que entumecía el pasillo se apodera de él. Los hombres que la acosan se retiran, arrobados por su firmeza; pero ella lo sabe, esto no ha acabado. «No tienes ni idea de a quien te enfrentas», lanza uno de ellos antes de marcharse. A ella no le importa; el miedo, por primera vez, ha cambiado de lado.

Petra, en la esquina desde donde lo ha visto todo, siente un cierto atisbo de admiración que rapidamente ahoga bajo su habitual ninguneo. «Con esta actitud, la chica no va a durar ni una semana aquí», le dice a Emilia, aunque en realidad ni ella se cree su propia afirmación. Hay algo de Ángela que le recuerda a ella misma cuando era joven, antes de que el rencor le endureciera el corazón; y eso, mejor que nada, la aterra.

En esta noche, mientras tanto, en los establos, Vera y Lope están terminando los últimos detalles de su arriesgado plan. «Si nos vemos obligados a separarnos, ve en busca de la estatua que se encuentra en el jardín»; y Lope se lo indica señalando un boceto que ha dibujado un poco aceleradamente. Vera asiente, pero sus manos tiembla. Sabe que si los llegan a descubrir no hay excusa que valga: la deshonra podría perseguirles para siempre. Pero mientras todo eso ocurre su mirada brilla con fuego de determinación. Esta noche alguien tiene que pagar las cuentas que llevan enterradas.

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