Telefónica, Masorange y Vodafone, como operadoras industriales que han realizado la mayor inversión en 5G, la última tecnología en infraestructuras móviles en nuestro país, aunque publicitan la conectividad 5G para todos sus clientes, la realidad es que la inversión en la red 5G realmente está pensada, inicialmente, «no para el ciudadano de a pie, sino para la industria». El 92% de los hogares españoles tiene ya acceso a 5G, que nos conecta «algo mejor que el 4G», pero el futuro tecnológico del 5G real está tardando en llegar a los móviles españoles y europeos.
El último informe presentado la pasada semana, Década Digital de la Unión Europea, sobre los objetivos de conectividad reconoce que la región de los 27 aún está rezagada en el despliegue de redes 5G independientes, y que los países del bloque nos estamos poniendo al día en esta tecnología muy lentamente, pero es optimista y afirma que probablemente se cumplan los objeticos de tener todos los hogares de la UE conectados al 5G en 2030.
El porcentaje de hogares con cobertura 5G (en todas las bandas del espectro) aumentó 5,3 puntos porcentuales, del 89,0 % en 2023 al 94,3 % en 2024, lo que representa un incremento interanual del 6,0 %. Así, según la previsión a lo largo de la trayectoria, se espera alcanzar el 100 % del objetivo para 2027, tal y como indica el informe. En cuanto a las zonas rurales, algo menos del 80% tenía cobertura 5G en 2024, frente al 71% en 2023.
El 5G más que conectar a las personas, conecta millones de objetos como coches, sensores electrodomésticos o fábricas, y lo hace «con una red que no estaba preparada par esa escales
Corea lidera con una cobertura del 100%, seguida de Japón (99,2%) y Noruega (99,0%). Estados Unidos (97,0%), India y China (todos con el 95%) también superan o igualan la tasa de cobertura de la UE.
En cuanto a España, en nuestro país, las telecos han invertido en infraestructuras desde 2018 más de 1.700 millones de euros, según datos del Gobierno, y a finales de 2024 el 92% de los hogares españoles tenía ya acceso a 5G, aunque queda pendiente cerrar aún más la brecha digital entre los centros urbanos y el mundo rural.
Las conexiones 5G se consideran necesarias a medida que aumenta el uso de dispositivos conectados a internet, aparatos industriales y volúmenes de datos. Hace cuatro o cinco años la tecnología de redes móviles 5G era la protagonista como la gran novedad que iba a solucionar retos como la IA que se avecinaba, (Y ha llegado), el IoT, la industria 4.0 o los vehículos autónomos. Resultó que no era una fantasía y además de estar en nuestro teléfonos, sirve para todas esas soluciones que por el momento, se están aplicando principalmente para las industrias.
A nivel ciudadano de a pie, el 5G sí se percibe como una mejora de la conectividad, pero como «algo mejor que el 4G», porque todavía no se siente como tangible el futuro tecnológico que nos hicieron imaginar, tal y como asegura el Catedrático de Teoría de la Señal y Comunicaciones de la Universidad de Oviedo, Rafael González Ayestarán, en un artículo en la revista de divulgación científica The Conversacion.
En su reflexión recuerda como la evolución de la telefonía móvil se relacionó durante más de dos décadas con las innovaciones en los dispositivos, porque el consumidor en general ha pasado de conectarse a través de la primaria red 1G «que nunca se llamó así, al 4G sin grandes saltos y con la lógica evolución».

EL 5G PARA UNA INDUSTRIA SIN CABLES
Según el profesor, la importancia y la urgencia por implantar el 5G no solo corresponde a las expectativas sobre esta tecnología, sino a que su aparición se ha producido en un contexto en el que se ha vuelto imprescindible; «un crecimiento explosivo del tráfico de datos móviles impulsado, especialmente, por el internet de las cosas, o IoT», indica González Ayestarán.
El 5G más que conectar a las personas, conecta millones de objetos como coches, sensores electrodomésticos o fábricas, y lo hace «con una red que no estaba preparada para esas escalas, que era una evolución de una red diseñada para hablar», indica el experto.
Según la explicación del catedrático, el 5G se diseñó para resolver retos que no se podían afrontar, como «disponer de un gran ancho de banda para manejar cantidades masivas de datos, como los que requieren la realidad virtual, el vídeo en alta definición o el análisis de big data, y para la conexión masiva de dispositivos, esencial en ciudades inteligentes, redes industriales o el propio IoT, donde miles de sensores y máquinas deben operar sin saturar la red».
vamos a asistir a la generalización del uso del 5G en el mundo industrial que provocará toda una transformación estructural «que prepara nuestras redes para un mundo hiperconectado, dominado por las máquinas, los sensores y los procesos automatizados
También para asegurar la baja latencia y la alta fiabilidad que precisan aplicaciones críticas, con necesidades de respuesta instantánea y absoluta fiabilidad, como los vehículos autónomos, la cirugía remota o el control de drones.
Así, este conjunto de necesidades se recogen en el estándar 3GPP (3rd Generation Partnership Project), cuyas soluciones técnicas » no responde a las necesidades del usuario humano que circula por la calle con su teléfono móvil«, aunque el catedrático entiende que, en efecto, se beneficiará de ellas, aunque esta quinta generación de telefonía móvil no es para los particulares, sino para la industria, que gracias a ella poco a poco remplazará los cables por «medios inalámbricos».
El experto señala los múltiples beneficios de las redes 5G ya se empiezan a tener, y se tendrán aún más, en la industria. Sin cables, será posible añadir maquinaria o reorganizar procesos, mantener la «robustez, fiabilidad y sincronización entre máquinas» y aumentar la flexibilidad de la producción.
Sin embargo, el catedrático apunta que todavía son demasiado elevados los costes de instalación de una red privada 5G «no es competitivo comparado con el de una wifi, aunque sus prestaciones son muy superiores». Señala que las industrias que han adoptado esta tecnología han visto los beneficios que justifican la inversión enseguida, por lo que augura que más pronto que tarde esta tecnología de abaratará (ya hay opciones más económicas, como las que ofrece el operador 1NCE, por ejemplo) «en parte gracias al uso por el ciudadano de a pie», que acabaremos pagando buena parte de la fiesta.
Como experto ve cómo vamos a asistir a la generalización del uso del 5G en el mundo industrial que provocará toda una transformación estructural «que prepara nuestras redes para un mundo hiperconectado, dominado por las máquinas, los sensores y los procesos automatizados», y nos advierte de que su verdadero potencial está aún por desplegarse.