miércoles, 20 agosto 2025

Las perspectivas de BP se desinflan tan rápido como el petróleo

A medida que escalaba la violencia en Oriente Medio y la III Guerra Mundial se perfilaba como una posibilidad real y no un tropo de la ciencia ficción distópica, la estrategia de BP cobraba más sentido. El petróleo se disparó al norte de los 80 dólares después de que Irán osara bombardear una base estadounidense, pero el alto el fuego posterior ha vuelto a dejar el Brent en menos de 70 dólares, así que la antigua British Petroleum sigue nadando en problemas. Y uno de ellos es que a los expertos su valor bursátil sigue pareciéndoles mediocre.

El equipo de análisis de RBC Capital Markets no se ha dejado influir por los vaivenes geopolíticos, a pesar de que lo ocurrido en las últimas semanas demuestra que el crudo aún puede enseñar los dientes. Su último informe sobre BP vuelve a manifestar la falta de confianza en el camino tomado por la petrolera, basado en priorizar los hidrocarburos.

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El documento, firmado por Biraj Borkhataria, despacha a la compañía con un frío ‘Rendimiento en línea con el sector’ y un precio objetivo de 450 peniques (5,25 euros al cambio actual).

«INCERTIDUMBRE» EN TORNO A BP

Borkhataria expresa «incertidumbre» respecto al rendimiento a largo plazo de esta estrategia, consagrada por la cúpula directiva que encabeza el CEO Murray Auchincloss.

El pasado febrero, la dirección de BP anunció un ‘golpe de timón’ en su enfoque estratégico: dejar a un lado las renovables e incrementar la inversión anual en petróleo y gas hasta los 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), volviendo a centrarse en los combustibles fósiles, con el objetivo de mejorar los rendimientos.

La petrolera redujo en más de 5.000 millones de dólares su inversión anual prevista en negocios de transición respecto a su pronóstico anterior, situándola entre 1.500 y 2.000 millones de dólares al año. Los resultados de esta ‘hoja de ruta’ dependían en gran medida de que el petróleo se mantuviera en los 70 dólares por barril o más.

La llegada de Donald Trump a la presidencia de EEUU y la subsiguiente guerra comercial, con efectos indirectos pero severos en el precio del petróleo, hirió de muerte los planes de BP. El último clavo en el ataúd lo puso la OPEP+ y su progresivo aumento de producción, que condena al petróleo a la depreciación. El intercambio de golpes entre Irán y el eje Israel-EEUU ha sido solo un paréntesis que no cambia la difícil situación de la compañía.

«Esperamos que la deuda neta de BP aumente en el corto plazo, mientras que la empresa también ha indicado que los volúmenes de producción serán más bajos hasta 2026, antes de un repunte posterior»

Biraj Borkhataria, analista de RBC Insight

Aunque han rodado cabezas en la dirección y se ha revisado el enfoque, la lectura general no es buena. Borkhataria concede que «gran parte de las directrices recientes de BP parecen abordar las preocupaciones de los inversores, incluyendo un objetivo de deuda neta, una proporción de pagos más simple y un cambio en la asignación de capital hacia áreas donde considera que los rendimientos son más altos», pero avisa que «el retorno total para el accionista no es competitivo».

«Esperamos que la deuda neta de BP aumente en el corto plazo, mientras que la empresa también ha indicado que los volúmenes de producción serán más bajos hasta 2026, antes de un repunte posterior» -continúa- «También anticipamos que los costos de reestructuración compensen los planes de reducción de costos de BP en el corto plazo».

«Con márgenes de refinación más moderados que en los últimos años, esperamos que el flujo de caja libre permanezca limitado, siendo probable que la reducción de deuda neta dependa de la venta de activos, lo que podría ocurrir hacia el final del período del plan» -prosigue- «Asimismo, esperamos un aumento en el número de acciones en circulación debido a la dilución por opciones sobre acciones».


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