miércoles, 25 junio 2025

Amnistía Internacional denuncia la estrategia de Israel para tapar su genocidio

El curso de verano ‘Democracia, cultura y medios’ organizado por la Fundación Miguel Ríos y la Universidad Rey Juan Carlos arrancó en la mañana de ayer en Aranjuez con la denuncia de Amnistía Internacional contra la estrategia mediática del gobierno israelí.

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Esteban Beltrán, director de la organización en España, explicó que el conflicto no se libra solo con armas, sino también con narrativas. A través de una estrategia diseñada y ejecutada desde el gobierno de Benjamín Netanyahu, Israel difunde un relato que presenta al Estado sionista como víctima y a sus críticos como antisemitas o aliados del terrorismo.

Esta operación mediática, dirigida especialmente a audiencias occidentales, busca deslegitimar cualquier denuncia de violaciones a los derechos humanos en Palestina. Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, Israel ha emprendido una despiadada campaña militar masiva con consecuencias devastadoras para la población civil en Gaza.

Pero además, según Amnistía, se ha producido una ofensiva paralela: la guerra de la desinformación. La retórica oficial insiste en que los bombardeos solo tienen como objetivo instalaciones militares, cuando en realidad, los informes de organizaciones internacionales señalan un alto número de ataques sobre zonas residenciales, escuelas, hospitales y mercados.

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Esteban Beltran (derecha) tras finalizar la ponencia. Foto: Pedro Pérez Bozal.

De los 15 bombardeos analizados recientemente por la citada organización, solo uno tenía como blanco una estructura militar. Otro de los frentes de esta estrategia es el ataque sistemático a la libertad de prensa. Casi 80 periodistas palestinos han sido asesinados desde el inicio del conflicto, y la cobertura internacional ha sido limitada tanto por el control israelí como por el de Hamás dentro de Gaza.

Israel, que se presenta como defensor del periodismo libre, ha mostrado una hostilidad creciente hacia medios críticos como Al Jazeera o el diario Haaretz. Al mismo tiempo, difunde falsedades, como la idea de que la ayuda humanitaria no llega porque Hamás la roba, y oculta las restricciones impuestas desde el exterior.

LA IMPORTANCIA DE LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE

En Europa, explica Beltrán, empieza a generalizarse el uso del término «genocidio» para describir lo que ocurre en Gaza, pero en Estados Unidos este término sigue siendo evitado por los grandes medios y las instituciones.

La diferencia no es menor: usar esa palabra puede tener implicaciones jurídicas y diplomáticas, e incluso abrir la puerta a sanciones internacionales. A este respecto, se recordó que mientras Rusia fue sancionada en cuestión de días tras invadir Ucrania, Israel lleva casi dos años atacando territorios palestinos sin sufrir ni una sola sanción significativa.

Esta doble vara de medir, denunció Amnistía, demuestra hasta qué punto la presión internacional depende de factores geopolíticos y no del respeto a los derechos humanos. Frente a esta situación, Amnistía Internacional y los participantes del curso hicieron un llamado a la ciudadanía y a los medios a no permanecer indiferentes. Se destacó, como ejemplo positivo, la movilización reciente en Países Bajos, donde 200.000 personas salieron a las calles para protestar contra la masacre en Gaza.

La comparación con la pasividad de la sociedad alemana frente al genocidio nazi sirvió como recordatorio inquietante del peligro que representa el silencio colectivo. Beltrán dejó clara la necesidad de un periodismo valiente y una sociedad movilizada.

RESPUESTA AMBIGUA DESDE ESPAÑA

En el caso de España, la respuesta institucional ha sido ambigua. Aunque el Gobierno de Pedro Sánchez se ha desmarcado de la complicidad global y ha condenado con valentía la actitud israelí, las acciones concretas han sido mínimas.

Algunas compañías han evitado incomodar a Israel por razones económicas o diplomáticas, como se evidenció en el caso de la empresa CAF, que mantiene actividades en territorios ocupados y cuya junta fue blindada con el apoyo del PNV, según denunció Amnistía.

Igualmente polémica es la actitud de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, que ha mostrado un apoyo incondicional a Israel y ha justificado sus ataques a Palestina pese a que el Estado presidido por Netanyahu ha perpetrado más de 55.000 asesinatos en poco más de año y medio.


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