La llegada del pequeño Cairo ha llenado de felicidad a Isa Pantoja y a su marido, Asraf Beno. El pasado domingo, la colaboradora dio a luz a su segundo hijo, el primero con su actual pareja, y quiso compartir la noticia con sus seguidores a través de una tierna imagen en el hospital. “Bienvenido a nuestras vidas, Cairo. Acabas de llegar y ya te queremos con locura”, escribió emocionada junto a una fotografía en la que se podía ver al recién nacido descansando entre los brazos de su madre. El mensaje reflejaba la enorme ilusión con la que ambos afrontan esta nueva etapa familiar, pero el nacimiento del niño también ha dejado al descubierto una realidad más amarga: el absoluto silencio de Kiko Rivera.
2Isa Pantoja ha dado a luz a su segundo hijo

Sobre el estado de Isa tras el parto, se ha conocido que la joven está algo cansada, una circunstancia comprensible después de los esfuerzos realizados en los últimos días del embarazo. Ella misma había explicado recientemente que estaba haciendo todo lo posible para que el bebé se colocara correctamente antes del nacimiento. Aun así, el rostro de la colaboradora en las imágenes difundidas refleja tranquilidad, ternura y plenitud, confirmando que está viviendo uno de los momentos más especiales de su vida personal.
El hecho de que Kiko Rivera no haya tenido ni un solo gesto hacia su hermana ha provocado una oleada de críticas. Muchos consideran que se trata de un desprecio imperdonable, que ni siquiera las diferencias personales o los desencuentros pasados justifican. La falta de empatía en un acontecimiento tan íntimo y emotivo como el nacimiento de un niño ha despertado una fuerte desaprobación, incluso entre quienes han apoyado en otras ocasiones al DJ. Las redes sociales se han llenado de mensajes que condenan su indiferencia, y son cada vez más los que consideran que el vínculo entre los hermanos está completamente roto.
No es la primera vez que se habla del distanciamiento entre Isa y Kiko, pero lo sucedido estos días ha servido como una nueva prueba de que esa brecha no solo no se ha cerrado, sino que parece imposible de reparar. Lejos de acercarse, los hermanos han mantenido posiciones firmes y frías, sin espacio para la reconciliación. Ni siquiera el nacimiento de un sobrino ha logrado suavizar las diferencias, y eso ha sido interpretado como una muestra de rencor profundamente enraizado. Isa, por su parte, ha optado por no hacer comentarios públicos sobre la actitud de su hermano, centrándose únicamente en la llegada de su hijo y en el cuidado de su familia. Pero para muchos, el silencio de Kiko Rivera ya ha hablado por sí solo.