martes, 1 julio 2025

Las señales reales que los inversores están ignorando, según Julio Alonso Ortega

Con las bolsas rozando máximos históricos, una voz contraria pide prudencia. Julio Alonso Ortega, economista canario y socio de la consultora Qabas, sostiene que el mercado estadounidense está pasando por alto grietas fundamentales en el empleo y el consumo.

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En conversación con Merca2, el economista desgrana por qué el riesgo auténtico no viene de las guerras comerciales ni de la geopolítica, sino del agotamiento interno de la demanda estadounidense.

PREGUNTA. Las cotizaciones bursátiles siguen en niveles récord y muchos inversores parecen inmunes al riesgo. ¿Por qué sostiene que el sentimiento está desconectado de la realidad?

RESPUESTA. Es un reflejo del condicionamiento reciente. Durante la última década, cualquier corrección ha ido seguida de una recuperación meteórica, impulsada casi siempre por políticas monetarias muy expansivas. Eso ha educado a toda una generación para creer que siempre habrá un salvavidas. Hoy las valoraciones descuentan un aterrizaje suave permanente y, francamente, dejan poco margen de error.

P. ¿Entonces las tensiones geopolíticas o comerciales no son su principal preocupación?

R. No en este momento. Los aranceles y los conflictos llaman la atención, pero son ruido de fondo. El mercado lleva años conviviendo con guerras comerciales y conflictos regionales sin un impacto duradero. Lo que de verdad me inquieta son las fisuras internas: el mercado laboral y el gasto de los hogares. Esas dos variables mueven el 70 % del PIB estadounidense. Si fallan, no hay estímulo que valga.

P. ¿Qué indicadores laborales le ponen en alerta?

R. Varios, y muy claros. Las solicitudes continuas de subsidio por desempleo en Estados Unidos han subido a máximos de casi cuatro años: cuando alguien pierde su empleo tarda más en recolocarse. A la vez, la contratación se ha enfriado; las empresas posponen incorporaciones y eso se nota especialmente en los recién titulados. El paro entre los graduados de 22-27 años ronda el 6 %, el peor dato desde 2021. Si las compañías recortan contrataciones de entrada, el problema acaba extendiéndose a capas más experimentadas.

P. El consumo ha sido un pilar clave. ¿Qué está viendo ahí?

R. Empieza a flaquear. Las ventas minoristas cayeron un 0,9 % en mayo, segunda bajada mensual consecutiva. El colchón de ahorro pandémico se agotó y las tarjetas de crédito cobran intereses superiores al 20 %. Además, la reanudación de los pagos de préstamos estudiantiles resta liquidez. El resultado es un consumidor estadounidense más prudente, que gasta menos y posterga compras de valor elevado. Eso ralentiza la economía de forma mucho más profunda que cualquier arancel.

P. Pese a esos datos, la renta variable se dispara y la deuda con margen sube a máximos. ¿Por qué es relevante?

R. La deuda con margen —el dinero que los inversores piden prestado para comprar acciones— ha vuelto a dispararse y roza el billón de dólares. Históricamente, los picos de apalancamiento suelen coincidir con techos de mercado: ocurrió en 1999, 2007 y 2021. Ver hoy la misma película, con fundamentales debilitándose, sugiere un exceso de especulación. Cuando la realidad y el entusiasmo se separan tanto, la corrección suele ser brusca.

P. Con este panorama, ¿qué recomienda?

R. Prudencia. Mantener más liquidez de lo habitual y resistir la tentación de cazar cada rebote. Reducir exposición en los valores más sobrevalorados y centrarse en empresas sólidas, con balances saneados y flujos de caja claros. No hay deshonra en estar defensivo; es preferible renunciar a un tramo de subida que quedar atrapado en una bajada profunda. En resumen, preserven capital y esperen mejores precios.

P. ¿Toca, entonces, encender la alarma?

R. No se trata de sembrar pánico, sino de leer las señales: mercado laboral más frágil, consumidor más tenue y apalancamiento elevado. Ignorarlas puede salir caro. Es mejor actuar antes de que el mercado reaccione que después.

En definitiva y ante este escenario, Alonso recomienda mantener un elevado nivel de liquidez y esperar a que las valoraciones de las compañías de mayor calidad reflejen adecuadamente el riesgo antes de ampliar posiciones.

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