El mito del corte de digestión al bañarte después de comer persiste como una realidad absoluta o una tradición exagerada en cierto folclore gastronómico. Todos lo hemos escuchado alguna vez: supuestamente no te metas en el agua hasta dos horas después de comer.
Repetido por mamás, papás y abuelos, este consejo se ha arraigado profundamente en la cultura, convirtiéndose en una regla de verano no escrita prácticamente de la noche a la mañana. ¿Qué hay de cierto en esta advertencia? Pero, ¿qué hay de cierto detrás de esta ominosa advertencia?
6¿Cómo prevenir un posible episodio de shock térmico?

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- Entra al agua gradualmente y evite zambullidas repentinas o rápidas. Deje que su cuerpo se aclimate progresivamente con el tiempo de forma natural.
- Espera un tiempo si has comido en exceso o te has esforzado mucho y deja que su cuerpo recupere la temperatura normal lentamente.
- No es exactamente necesario registrar dos horas, pero darle a tu cuerpo suficiente tiempo para estabilizarse es bastante recomendable, sin embargo, lentamente.
- Consumir alcohol y sustancias ilícitas imprudentemente amplifica el riesgo de accidentes al embotar la conciencia y distorsionar drásticamente la percepción de las temperaturas frías.
- Disminuye los reflejos corporales naturales de forma bastante significativa en respuesta a una situación peligrosa o dos escenarios francamente aterradores.
- Las personas vulnerables, como niños, ancianos, mujeres embarazadas, asmáticos y personas con problemas cardíacos, deben extremar las precauciones al exponerse repentinamente al agua helada. La capacidad de regulación térmica se ve gravemente afectada en estos casos.
- Vigila de cerca la temperatura del agua y entre lentamente o póngase protección térmica si está por debajo de los 25 °C, posiblemente con mayor precaución en ese caso.