Cuando coges lonchas de queso “fundido” o “para gratinar”, confías en un producto lácteo. Sin embargo, la OCU ha comprobado que muchos contienen grasas vegetales y aditivos en lugar de leche real. Su comportamiento ante el calor revela su textura similar al plástico, un indicio de ingredientes perjudiciales para el organismo.
En redes sociales se viraliza el experimento con un mechero: las lonchas no se funden, sino que arden como plástico. Este fenómeno revela la presencia de aceites hidrogenados y emulsionantes. Consumir estos productos regularmente puede incrementar la ingesta de grasa saturada y provocar problemas de salud a largo plazo.
7El impacto económico de productos engañosos

Las lonchas baratas parecen un ahorro inmediato, pero la OCU advierte que sus ingredientes nocivos pueden generar costes sanitarios futuros. Gastar unos céntimos menos en la compra se traduce en riesgo de salud y potenciales gastos médicos derivados de enfermedades crónicas.
Invertir en quesos de calidad, aunque suba ligeramente el ticket, equivale a prevenir obesidad, colesterol alto y problemas digestivos. La OCU recuerda que la comida saludable se asocia a menor consumo de medicación y consultas, ahorrando recursos personales y del sistema sanitario.