Cuando coges lonchas de queso “fundido” o “para gratinar”, confías en un producto lácteo. Sin embargo, la OCU ha comprobado que muchos contienen grasas vegetales y aditivos en lugar de leche real. Su comportamiento ante el calor revela su textura similar al plástico, un indicio de ingredientes perjudiciales para el organismo.
En redes sociales se viraliza el experimento con un mechero: las lonchas no se funden, sino que arden como plástico. Este fenómeno revela la presencia de aceites hidrogenados y emulsionantes. Consumir estos productos regularmente puede incrementar la ingesta de grasa saturada y provocar problemas de salud a largo plazo.
4Riesgos de salud asociados al consumo

Los aditivos presentes en los quesos en lonchas pueden irritar el sistema digestivo y alterar la microbiota intestinal. La OCU alerta de que consumos prolongados favorecen la inflamación crónica y elevan los niveles de colesterol LDL, incrementando la probabilidad de enfermedades cardiovasculares.
Además, la excesiva ingesta de sal y grasas trans provenientes de estos productos acelera la retención de líquidos y puede elevar la tensión arterial. La OCU sugiere controlar las porciones y sustituir lonchas industriales por quesos más naturales para preservar la función vascular y renal.