Cuando coges lonchas de queso “fundido” o “para gratinar”, confías en un producto lácteo. Sin embargo, la OCU ha comprobado que muchos contienen grasas vegetales y aditivos en lugar de leche real. Su comportamiento ante el calor revela su textura similar al plástico, un indicio de ingredientes perjudiciales para el organismo.
En redes sociales se viraliza el experimento con un mechero: las lonchas no se funden, sino que arden como plástico. Este fenómeno revela la presencia de aceites hidrogenados y emulsionantes. Consumir estos productos regularmente puede incrementar la ingesta de grasa saturada y provocar problemas de salud a largo plazo.
1La polémica del “queso” que no se funde: la OCU se pronuncia

La OCU ha analizado varias muestras “para gratinar” y ha encontrado un bajo contenido lácteo y elevada proporción de aceites hidrogenados. Al aplicar calor, estas lonchas no se integran sobre el pan o la pizza, sino que se deforman y desprenden residuos oscuros, alertando de su baja calidad.
Este comportamiento expuesto en televisión advierte de la presencia de químicos no declarados correctamente en el etiquetado. La OCU recomienda huir de marcas que no indiquen claramente orígenes de la materia grasa y priorizar quesos que aseguren un porcentaje de leche superior al 60 %.