La organización advierte que la rebaja de ayudas al transporte público, efectiva el 1 de julio, impulsará el regreso masivo de coches privados a calles y carreteras, incrementando el tráfico, el ruido y la contaminación. La OCU alerta de que este cambio impactará negativamente en nuestra salud y calidad de vida urbana.
Un reciente sondeo de la OCU en Madrid y Barcelona revela que, aunque el transporte público es preferido por tres de cada cuatro usuarios, casi la mitad sigue dependiendo del coche. Al aumentar la contaminación, la incidencia de enfermedades respiratorias y cardiovasculares crecerá, lo que supondrá costes sanitarios y económicos más elevados para todos.
7Costes económicos del aumento de tráfico

La OCU calcula que un coche parado en atascos consume un 20 % más de combustible, encareciendo el transporte personal. Los costes derivados de retrasos laborales y reparaciones de vehículos por uso intensivo repercuten directamente en la economía familiar, reduciendo el poder de compra mensual.
Asimismo, el desgaste prematuro de calzadas y la necesidad de más señalización generan gastos públicos adicionales. Para la OCU, mantener ayudas al transporte público es una medida de prevención que ahorra recursos a largo plazo y evita inversiones urgentes en ampliación de infraestructuras para el coche.