lunes, 23 junio 2025

FCC se reinventa: fuerte 2024 tras la salida de Cemento e Inmobiliaria

IG Markets

FCC, el grupo español de infraestructuras, ha publicado su informe anual 2024. Ha sido un año de grandes cambios para la compañía, según recuerda Egor Sonin, analista de AplhaValue.

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En noviembre, FCC escindió todo su negocio cementero e inmobiliario en una nueva empresa llamada Inmocemento. La firma se centra ahora en servicios medioambientales, gestión del agua (como agua potable y alcantarillado) y construcción (principalmente carreteras e infraestructuras públicas). Se trata de negocios más seguros y estables, especialmente en los países desarrollados, donde gana la mayor parte de su dinero.

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En 2024, FCC completó una importante escisión que remodeló toda la empresa. separó sus divisiones de Cemento e Inmobiliaria en una nueva empresa llamada Inmocemento, que se lanzó oficialmente en noviembre tras la aprobación de los accionistas en junio. FCC se concentraría en servicios como la gestión de residuos, el agua y la construcción, mientras que Inmocemento se encargaría de los activos de mayor capital, como las plantas de cemento y los inmuebles. La escisión eliminó del balance de FCC más de 4.400 millones de euros en activos y 1.500 millones de euros en pasivos.

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FCC: ejercicio 2024

FCC pasó gran parte de 2024 redefiniéndose. Tras la escisión, quedó más esbelta, más simple y más centrada. Para los inversores, la gran pregunta era si esta FCC más pequeña podría seguir dando resultados. Las cifras dicen que sí, en su mayor parte.

FCC
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La empresa obtuvo unos ingresos de 9.070 millones de euros, superando sus propias previsiones de 8.470 millones. Esta sorpresa se debió en gran medida a unos resultados mejores de lo previsto en sus divisiones de Medio Ambiente y Agua, que ahora representan el 80% de los beneficios básicos de FCC. No son negocios llamativos, pero sí estables: recogida de residuos, gestión del agua, gestión de plantas de tratamiento.

En términos de EBITDA -una medida básica del beneficio de explotación antes de intereses e impuestos- FCC registró 1.430 millones de euros, por encima de los 1.330 millones esperados. El margen de EBITDA se mantuvo en el 15,7%, justo en línea con lo previsto.

La cuenta de resultados también se mantuvo. El beneficio neto se situó en 430 millones de euros, casi en línea con la previsión de 436 millones. No obstante, se produjo una caída del 27% con respecto a 2023, lo que refleja el hecho de que FCC ya no obtiene ingresos de sus antiguas plantas cementeras y propiedades en alquiler. El EBIT fue de 725,4 millones de euros, un poco por encima de los 695 millones previstos, otra señal de que la nueva estructura no dañó su poder de beneficios.

Y lo que es más importante, FCC siguió generando liquidez. Obtuvo 1.280 millones de euros en flujo de caja operativo y terminó el año con 1.850 millones en efectivo en caja.

Es una señal de que la empresa conservó su fortaleza financiera, incluso después de una transformación tan grande.

Aun así, la nueva FCC es un animal diferente. Ahora se comporta más como una empresa de servicios públicos. Sus actividades principales -residuos y agua- son seguras, pero de crecimiento lento. Se basan en contratos a largo plazo, normalmente con los gobiernos, y suelen estar vinculados a la inflación. Esto mantiene los ingresos estables, pero dificulta un crecimiento rápido, especialmente en los mercados desarrollados, donde FCC gana la mayor parte de su dinero.

La rama de construcción es algo más dinámica. Podría beneficiarse si se recupera la inversión pública, especialmente en España, que aún se está recuperando de años de construcción insuficiente. Pero este negocio está ligado al ciclo económico y es vulnerable al aumento de los costes, y el 70% de los ingresos de la construcción siguen procediendo de Europa, donde la actividad se está enfriando.

Por último, pero no menos importante, está la cuestión del control. Sólo el 6,4% de las acciones de FCC cotizan en bolsa. El resto está en manos de la familia de Carlos Slim, una de las más ricas de América Latina. Este bajo «free float» dificulta la influencia de los inversores ordinarios en las decisiones de la empresa y limita la participación de los inversores institucionales. Durante años, se ha especulado con la posibilidad de que los Slim compraran a los accionistas minoritarios. Sin embargo, hasta ahora, es sólo eso: especulación.


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