domingo, 22 junio 2025

El punto de inflexión de la OTAN: el efecto de la cumbre de 2025 en las acciones europeas de defensa

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Aneeka Gupta, Director, Macroeconomic Research de WisdomTree, sobre las posibles repercusiones de la próxima cumbre de la OTAN.

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La próxima Cumbre de la OTAN en La Haya (24-26 de junio de 2025) está llamada a ser un momento crucial para la estrategia de defensa europea y la industria de defensa. El telón de fondo geopolítico no podría estar más cargado en un momento en que la OTAN se reúne para su cumbre de 2025.

La prolongada guerra de Rusia en Ucrania, las tensiones en Oriente Medio y la creciente preocupación por la seguridad en el Indo-Pacífico han obligado a Europa a reexaminar su tradicional dependencia de Estados Unidos en materia de defensa. El debate girará en torno a un aumento significativo del gasto en defensa y a la mejora de las capacidades militares europeas, por lo que los resultados de la cumbre podrían tener profundas implicaciones para las empresas de defensa europeas.

El sector defensa europeo está caro, pero en Estados Unidos hay oportunidades

Secretario general de la OTAN Mark Rutte Merca2.es
Mark Rutte, secretario general de la OTAN. Fuente: OTAN

OTAN. La agenda de la cumbre: del gasto a la soberanía

Lo que comenzó como un objetivo simbólico del 2 % del PIB se ha transformado en una apuesta decidida por el 5 %, con un 3,5 % destinado a la defensa básica y un 1,5 % a capacidades adyacentes como la ciberseguridad y las infraestructuras. El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, desveló recientemente este nuevo marco, describiéndolo como un «enorme salto adelante» y vital para reforzar la disuasión en toda la alianza.

Este cambio no es meramente retórico. EE.UU., bajo la presidencia de Trump, está presionando a los aliados para que presenten presupuestos, plazos y resultados claros. En palabras del embajador de EE.UU. para la OTAN, Matthew Whitaker: «Esto no va a ser solo una promesa, va a ser un compromiso».

Condicionalidad presupuestaria: acceso a los fondos de la UE vinculado al esfuerzo en defensa

Europa ha ido más allá de las promesas políticas y los codazos diplomáticos, al introducir la condicionalidad financiera en la ecuación. En el centro de todo ello se encuentra la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), antes conocida como SAFE, dotada con 150.000 millones de euros, que se presenta como la herramienta estrella de la UE para la resiliencia tecnológica e industrial en el ámbito de la defensa.

Esta condición emergente sirve de poderosa palanca económica, sobre todo para los países que dependen de la financiación de la UE, pero que no invierten lo suficiente en defensa. Es una señal de que Bruselas espera que los Estados miembros se impliquen, tanto fiscal como industrialmente.

Las implicaciones son profundas:

  • Los fondos de la UE darán prioridad a los países con sólidos proyectos de defensa, sistemas interoperables y estrategias conjuntas de adquisición.
  • Los Estados que se retrasen en el cumplimiento de las obligaciones de la OTAN también pueden quedarse atrás en el acceso al capital de innovación, resiliencia energética y ciberdefensa de la UE.

Esta forma blanda de hacer cumplir la normativa (utilizando incentivos presupuestarios en lugar de sanciones legales) es una nueva frontera en la coordinación estratégica europea.

Rheinmetall Merca2.es
Defensa. Fuente: Rheinmetall

Hacia una arquitectura de defensa «compre europeo»

Uno de los cambios más notables que probablemente cobren fuerza en la cumbre es la aparición de una Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) de facto. Este movimiento refleja un consenso cada vez mayor sobre la necesidad de que Europa sea más autosuficiente a la hora de garantizar sus necesidades de defensa, sobre todo a medida que la política transatlántica se hace menos predecible.

Aunque la OTAN no impone una política de «compre producto europeo», sí establece objetivos de capacidades (por ejemplo: defensa antimisiles, logística y fuego de largo alcance) que los Estados miembros deben cumplir. A medida que los países de la UE intentan cumplir esos objetivos, algunos optan por adquirir soluciones de defensa dentro de Europa para apoyar su base industrial y reducir la dependencia exterior, sobre todo de los sistemas estadounidenses, en medio de la preocupación por la futura fiabilidad transatlántica.

Las conversaciones en torno al trato preferente a los fabricantes europeos avanzan dentro de los programas de adquisición conjunta.

Esto se complementaría con medidas para agilizar la concesión de licencias transfronterizas, coordinar los controles a la exportación y facilitar las compras agregadas a través de vehículos como el Fondo Europeo de Defensa (FED).

Paralelamente al aumento del gasto, la OTAN hace especial hincapié en la inter operatividad y la convergencia de capacidades. El secretario general Mark Rutte ha sido claro: el dinero por sí solo no asegurará la posición de defensa de Europa; lo que importa es cómo se gasta y qué capacidades crea. La renovada atención de la alianza se centra en la obtención de resultados tangibles en materia de capacidades, especialmente en ámbitos de alta prioridad como la defensa aérea y antimisiles, los ataques de largo alcance, la logística de alta movilidad y las redes ISR (inteligencia, vigilancia y reconocimiento) integradas.

Interoperabilidad, logística y plataforma común

Para conseguirlo será necesaria una mayor estandarización entre las fuerzas de la OTAN, especialmente en el diseño de plataformas, protocolos de datos y sistemas logísticos. Los fabricantes están presionados para ofrecer equipos que puedan integrarse en operaciones multinacionales desde el primer día. Los sistemas heredados que no puedan cumplir los umbrales de interoperabilidad pueden tener dificultades para conseguir futuros contratos, mientras que los fabricantes de equipos originales que puedan suministrar sistemas modulares, actualizables y conformes con la OTAN serán los más beneficiados. Esta dinámica determinará no solo las adquisiciones, sino también las estrategias de I+D, las asociaciones e incluso las decisiones de inversión de las empresas en todo el panorama europeo de la defensa.

En WisdomTree, creemos que las capacidades básicas de defensa, desde los sistemas aeroespaciales hasta las plataformas de municiones, representan la columna vertebral de la resiliencia estratégica a largo plazo.

Este punto de vista coincide ahora directamente con el plan de gastos de la OTAN, que destina el 3,5 % del nuevo objetivo previsto del 5 % a funciones básicas de defensa. Este énfasis coincide con el análisis de la Agencia Europea de Defensa, que ha identificado sistemáticamente el equipamiento básico de defensa como el área de mayor infra inversión durante los ciclos de paz.

Gráfica 1: análisis de la Agencia Europea de Defensa sobre las carencias de inversión en defensa

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OTAN WisdomTree Merca2.es

Fuente: Agencia Europea de Defensa a septiembre de 2024

Conclusión

La Cumbre de la OTAN de 2025 no se limitará a reafirmar la unidad transatlántica, sino que la hará operativa. La fusión de la presión de la OTAN con los incentivos financieros de la UE crea un entorno estratégico en el que se recompensa el cumplimiento de las normas y un bajo rendimiento tiene consecuencias, al tiempo que la política industrial de defensa se mueve al corazón de la soberanía europea.


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