«Se busca cuenta de Glovo con contrato para alquilar», la frase ya es común en los grupos de redes sociales en los que se mueven los riders de la conocida empresa de delivery. Es un aviso complejo de asumir para la plataforma, que confirma uno de los temores del propio consejero delegado y cofundador de la plataforma, Oscar Pierre: Que la medida de contratar a los riders no resolvería el problema de las cuentas ilegales que se han multiplicado sin parar en la plataforma española, y en Uber Eats, su principal rival.
La realidad es que a pesar de necesitar un contrato legal, lo que pone todavía más dificultades para operar sin los documentos correctos, para muchos migrantes sigue siendo una de las pocas oportunidades de trabajo que tienen cientos de migrantes ilegales de Latinoamérica y Marruecos que llegan al territorio de España buscando mejor vida, y que necesitan una opción de empleo para sustentarse mientras regularizan sus documentos para tener otro trabajo. Se suma que, tras el proceso de contratación, sea directa o a través de una plataforma intermediaria, como las que han organizado flotas para operar en la aplicación de Glovo, son muchos también migrantes, aunque ya con los documentos correctos, y con contactos que aterrizan en el país con necesidad de trabajo.
Es una situación especialmente complicada. Aunque los que siguen operando como autónomos, o alquilando la cuenta de alguno, han saltado a Uber Eats, otros de los repartidores que alquilan las cuentas prefieren la nueva condición de los contratos de Glovo. Es que las horas fijas de los nuevos contratos facilitan la capacidad de organizarse incluso de los riders que operan con cuentas alquiladas, pues no se les puede hacer superar las horas, se suma a esta dificultad que, de momento, no hay bonos de facturación, por lo que solo pueden recibir un porcentaje del ingreso ofrecido por el contrato.
En cualquier caso, otras medidas para el control de la situación se siguen aplicando, como las fotos que debe mostrar el repartidor. Sin embargo, la exigencia de que los repartidores tengan su propio vehículo sigue permitiendo que algunos cedan la cuenta a otros, la compartan o incluso sigan cediéndole a otros repartidores por un porcentaje del contrato, aun así, hay nuevas dificultades para intentar aplicar esta estrategia.
GLOVO SIGUE BUSCANDO SOLUCIONES
La situación es delicada, sobre todo debido a que la empresa se ha visto obligada a hacer varios cambios en su modo de contratación desde que inició el proceso. Solo esta semana los repartidores conocieron la intención de la empresa de delivery de dejar de trabajar con las flotas en varias ciudades de España y, por supuesto, han recibido mensajes sobre los cambios en sus estrategias de construcción de horarios, y sobre todo, han mostrado preocupación sobre sus pagos de cara al inicio del verano.

Es que esta época siempre ha sido considerada una de las más difíciles del año para los repartidores de Glovo y de Uber Eats. También es cierto que con el modelo de contratación que ha aplicado el unicornio español, más cercano al de Just Eat, que tiene sus repartidores bajo contrato, hace que se reduzca este problema, de hecho no es casual que algunos posibles riders estén buscando alquilar la cuenta específicamente a repartidores con contratos fijos con la plataforma, lo que ha servido también para señalar lo complicado que realmente es controlar a estos trabajadores si no se les obliga a volver a base en algún momento del día, y si siguen siendo responsables de sus propios vehículos.
EL CAMBIO EN LA RELACIÓN DE GLOVO ES TAMBIÉN CON LAS FLOTAS
En cualquier caso, los repartidores y la empresa siguen adaptándose a esta nueva realidad. La verdad es que la decisión de contratar a los repartidores ha sido un reto para ambas partes. Será interesante seguir de cerca la situación, y ver si cuando termine el proceso en este mes de julio nacen nuevas dificultades.
La decisión de no depender de las flotas ya ha sido un giro de guión sorpresivo para muchos trabajadores de Glovo. Al mismo tiempo, no debería ser una sorpresa que en este proceso haya mucho de ensayo y error.