El estrecho de Ormuz es para Irán lo que el paso de las Termópilas fue para los espartanos: un pasillo angosto que, al cerrarse, se convierte en una tenaza capaz de estrangular al enemigo más poderoso. Por allí pasa nada menos que el 20% de los hidrocarburos que circulan por el planeta, así que no es difícil imaginar el vuelco que daría la economía global si el régimen de los ayatolás decide bloquear esa arteria.
En un reciente análisis, eToro recomienda a los inversores blindarse ante esta posibilidad, que, si bien aún es remota, cada vez cobra más relieve ante la escalada de las hostilidades con Israel.
«Para estrategias más avanzadas, puede ser prudente cubrirse contra resultados extremos. Los riesgos de cola, como una interrupción prolongada del suministro (por ejemplo, el cierre del Estrecho de Ormuz), pueden tener consecuencias desproporcionadas para el mercado», aconseja el documento firmado por la analista global de mercados Lale Akoner.
EL ESTRECHO DE ORMUZ, UN ‘CUELLO DE BOTELLA’ CRÍTICO
El estrecho de Ormuz, enfatiza el análisis, es un cuello de botella crítico, por el que pasa aproximadamente el 30% del comercio marítimo mundial de petróleo. Sin embargo, su cierre total, aunque a menudo amenaza con cerrarse, sigue siendo improbable. Las exportaciones de Irán dependen de este paso, y cualquier intento de bloquearlo podría distanciarse de compradores clave como China y desestabilizar el comercio regional.
Históricamente, el estrecho nunca ha estado completamente bloqueado, ni siquiera en épocas de conflicto intenso. Pero es mejor prevenir que lamentar, así que Akoner enuncia una serie de pautas para proteger la cartera de activos si acaba ocurriendo lo impensable.
INTRODUCIR EN LA CARTERA DE INVERSIÓN MATERIAS PRIMAS COMO LOS FUTUROS DEL PETRÓLEO PUEDE SER UNA BUENA COBERTURA SI LA SITUACIÓN EN ORIENTE MEDIO SIGUE DETERIORÁNDOSE Y LOS PRECIOS DEL CRUDO SIGUEN SUBIENDO
En primer lugar, los inversores deben centrarse en diversificar y apostar por la calidad: «Las carteras deben priorizar activos de alta calidad, bonos de mercados desarrollados, crédito con grado de inversión y acciones con balances sólidos y capacidad de fijación de precios» -subraya- «Estos tienden a soportar mejor la volatilidad. En renta variable, los inversores pueden preferir empresas con flujos de caja fiables y una sensibilidad limitada a los mayores costes de los insumos».
Una «moderada» sobreexposición de la cartera a los activos de energía y defensa también puede ser una buena red de seguridad, especialmente si los precios del petróleo se mantienen elevados o si los presupuestos de defensa aumentan. Asimismo, las materias primas como los futuros del petróleo o los fondos de materias primas pueden actuar como cobertura: «Si la inflación sube, estos activos reales tienden a revalorizarse».
Sin embargo, matiza la experta, el tamaño de la posición es importante; se debe evitar la concentración excesiva, «ya que los precios de las materias primas pueden ser volátiles y las medidas políticas (como la liberación coordinada de reservas de petróleo) podrían limitar las ganancias».
EL ORO NUNCA FALLA
Por último, la experta de eToro ve con buenos ojos mantener las asignaciones de activos refugio: «El oro sigue siendo una cobertura preferida» -comenta- «Muchos inversores han aumentado sus posiciones en oro o han utilizado ETFs como contrapeso. Los bonos del Estado siguen actuando como estabilizador a pesar del limitado potencial de apreciación de sus precios».
El análisis concluye que estos escenarios no constituyen un caso base, pero requieren un seguimiento cuidadoso. «Instrumentos como las opciones de compra de petróleo fuera de dinero o los futuros del VIX pueden proporcionar protección asimétrica en caso de una escalada brusca» -advierte- «Estas coberturas pueden servir como un seguro de bajo costo que puede mitigar las pérdidas en el peor de los casos».