La tensión en Valle Salvaje llega definitivamente a un capítulo donde las lealtades se rompen y el secreto amenaza con salir. Mientras tanto, Bernardo vacila entre la servidumbre y la rebelión, Rafael inquiere sobre la crueldad que manifiesta su padre y Úrsula, escocida por la indiferencia de su prometido, decide controlar la situación. En la trama de intrigas cada personaje desplaza sus piezas en un tablero donde el amor, el poder o la venganza son las únicas reglas.
2UN COMPROMISO EN RUINAS

Úrsula ha llegado al agotamiento en Valle Salvaje al verse relegada al segundo plano de sus vidas, la de Adriana en la existencia de Rafael. Su promesa, su acuerdo, su compromiso, es un engaño, una especie de broma. La desidia y la frialdad del prometido le han conducido hasta un extremo. Se atreve a pedir su lugar con una seguridad que nadie logra anticipar, exige a Rafael en la conversación, reclama reconocimiento a lo que hicieron previamente en su charlita, y se hace cara a cara con Adriana, hasta hacerle saber que no permitirá que nadie ponga un pie delante de su camino.
Pero su planteamiento tal como existe no le puede salir bien. Rafael, lejos de creerse achantado, empieza preguntarse cosas sobre su propio amor. La posesividad de Úrsula no hace nada más que corroborar sus sospechas: ¿realmente desea la boda, está dispuesta para dar un paso tan importante, o es un tipo de plan que persigue su padre? Cada frase de la Úrsula, lejos de desenlazar todo en el bienestar, hace que se acerque Adriana; en la realidad, cada sílaba es una confirmación, un político homenaje que hace que su corazón, desde siempre, nunca ha dejado de pertenecer a esa persona que era y es Adriana.
Al mismo tiempo, Adriana se queda callada, pero su mirada lo expresa todo. No hace falta pelear; ella tiene la certeza de que Rafael nunca llegó a dejar de quererla. Pero, claro está, el peligro no radica en Úrsula, sino en lo que José Luis podría llegar a hacer si se entera de que su hijo sigue enamorado de la «indeseable». ¿Hasta dónde puede llegar el duque neopatrón para garantizar su propio legado, aunque eso signifique llegar a destruirlo con sus propias manos?