Hacienda siempre tiene un ojo puesto en los movimientos de dinero, y la cuestión de cuánto se puede enviar a un familiar sin encender las alarmas es una preocupación recurrente para muchos contribuyentes. Aunque el instinto nos diga que las transferencias entre parientes cercanos deberían ser un asunto privado, la realidad es que existen ciertos umbrales y normativas que la Agencia Tributaria vigila de cerca, especialmente para prevenir el blanqueo de capitales y el fraude fiscal. Conocer estos límites es fundamental para evitar sorpresas desagradables y mantener nuestras finanzas en regla.
La Ley 10/2010, de prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo, establece un marco claro: las transferencias que superen los 6.000 euros están sujetas a un análisis más exhaustivo por parte de las entidades bancarias, que deben informar a Hacienda. Pero no es el único número a tener en cuenta, ni la única circunstancia que puede llevar a la Agencia Tributaria a pedir explicaciones, por lo que conviene entender bien la letra pequeña antes de realizar cualquier movimiento significativo de fondos, incluso dentro del núcleo familiar más íntimo.
3EL PAPEL DE LOS BANCOS: GUARDIANES (Y CHIVATOS) DE HACIENDA

Las entidades financieras juegan un papel fundamental en el control que ejerce Hacienda sobre los movimientos de capital. No actúan por iniciativa propia al informar sobre ciertas operaciones, sino que cumplen con obligaciones legales impuestas por normativas como la mencionada Ley 10/2010. Su deber es identificar y comunicar operaciones sospechosas de estar vinculadas al blanqueo de capitales o a la financiación del terrorismo, así como aquellas que superen determinados umbrales cuantitativos.
Esto significa que el banco informará a Hacienda de transferencias recurrentes sin justificación aparente, ingresos de grandes sumas de efectivo, o cualquier operativa que se salga de lo habitual en la cuenta de un cliente, incluso si no se superan los 6.000 euros en una única transacción. El objetivo es proporcionar a la Agencia Tributaria la información necesaria para que pueda realizar sus comprobaciones, por lo que la transparencia en nuestras operaciones bancarias es siempre la mejor política para evitar malentendidos. La colaboración de los bancos es una pieza clave en la estrategia de control de Hacienda.