Tras años de dudas sobre el futuro del trabajo presencial, marcados por la expansión del teletrabajo durante la pandemia, el mercado de oficinas da signos claros de recuperación. Un ejemplo significativo de esta tendencia es la reapertura del emblemático edificio Estel en Barcelona.
Situado en la avenida de Roma, el antiguo cuartel general de Telefónica ha sido transformado en uno de los complejos de oficinas más ambiciosos de la ciudad. El proyecto, impulsado por las firmas internacionales Bain Capital y FREO Group, representa una de las mayores operaciones del sector terciario en la historia reciente de Barcelona.
Con más de 50.000 metros cuadrados de superficie alquilable y capacidad para acoger a más de 4.000 personas, Estel no solo destaca por su tamaño, sino por ser una señal del renovado dinamismo del mercado de oficinas. Las consultoras CBRE y Savills lideran la comercialización de los espacios.
Según explican, el edificio ya cuenta con el 65% del espacio alquilado y mantiene negociaciones avanzadas para alcanzar la plena ocupación a principios de 2026.
Entre los principales inquilinos confirmados se encuentra AstraZeneca, que instalará allí su Global Hub en Barcelona.
NUEVO PARADIGMA LABORAL
Ambos fondos propietarios explican que Estel ha sido concebido en esta nueva etapa para responder a las nuevas exigencias del entorno corporativo: sostenibilidad, flexibilidad, diseño y ubicación. Rafael Coste Campos, socio de Bain Capital, dice que «la apertura de este edificio muestra claramente cómo está evolucionando y cambiando el mercado de oficinas tanto a nivel local como internacional». Lejos de replicar el modelo de oficinas tradicional, el nuevo Estel incorpora elementos que reflejan el cambio en las dinámicas laborales.
El inmueble ofrece oficinas modulares, zonas comunes con amplias terrazas ajardinadas, y una planta entera dedicada a servicios complementarios, entre los que destacan un área de restauración de 3.000 metros cuadrados, operadores como Honest Greens y Casa Carmen, y un gimnasio de Planet Fitness con 1.700 m² de instalaciones.
Matthias Luecker, presidente y consejero delegado de FREO Group, señala que «Estel es mucho más que un proyecto inmobiliario. Es una apuesta real por el futuro de Barcelona y su capacidad para liderar un desarrollo urbano sostenible e innovador», afirmó.
ICONO DEL SIGLO PASADO
El edificio conserva la estructura original proyectada por el arquitecto Francesc Mitjans en los años 70, pero ha sido rediseñado por el despacho BCA Arquitectura, liderado por Albert Blanch. La intervención ha priorizado la rehabilitación frente a la demolición, lo que ha permitido reducir considerablemente la huella de carbono del proyecto.
Los dueños advierten que esta decisión no solo se alinea con criterios medioambientales, sino también con una tendencia creciente en el sector: la reutilización adaptativa de inmuebles históricos. La nueva envolvente del edificio mejora significativamente su comportamiento térmico, y los sistemas de climatización, iluminación y gestión del agua integran tecnologías de última generación para maximizar la eficiencia energética.
Todo ello ha permitido a Estel obtener las certificaciones medioambientales y de conectividad más exigentes del sector: LEED, WELL, WiredScore y SmartScore, todas en su nivel más alto (Platino).
MERCADO EN TRANSFORMACIÓN
La transformación de Estel llega en un momento clave para el mercado de oficinas. Después del impacto que supuso el auge del teletrabajo a raíz de la covid, muchas ciudades europeas han vivido un proceso de ajuste y redefinición de su parque de oficinas.

En Barcelona, la reactivación de proyectos como este indica una recuperación sostenida de la demanda, sobre todo entre empresas multinacionales que buscan ubicaciones premium y sostenibles. El impulso de iniciativas como Estel también contribuye a consolidar Barcelona como un polo de atracción para talento internacional, inversión extranjera y hubs corporativos.
El acto de inauguración oficial se celebró en la tarde de ayer y contó con la presencia del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el conseller de Presidència de la Generalitat de Catalunya, Albert Dalmau.