Viajar en avión se ha convertido en una actividad cotidiana para millones de personas, pero también en una fuente habitual de incidencias que pueden derivar en retrasos, cancelaciones, problemas con el equipaje y alguna que otra indemnización.
A pesar de que los derechos de los pasajeros están recogidos en la normativa europea, la realidad muestra que reclamar una indemnización no siempre es sencillo. De hecho, el 62% de los pasajeros afectados por una incidencia tiene que interponer una demanda para poder cobrar la compensación que legalmente les corresponde.
Este dato lo aporta Reclamio.com, plataforma especializada en gestionar reclamaciones aéreas, que ha analizado miles de casos en los últimos años. Sus cifras reflejan un escenario donde el procedimiento es lento, desgastante y, en muchos casos, injustamente obstaculizado por las propias aerolíneas. Todo ello a pesar de la existencia del Reglamento (CE) 261/2004, que establece con claridad las obligaciones de las compañías frente a los consumidores.
La vía judicial como recurso habitual para una indemnización
Según el análisis de Reclamio.com, más de la mitad de los pasajeros que inician una reclamación por una incidencia deben recurrir a la vía judicial. Esta situación supone no solo un retraso en el tiempo de cobro, sino también un aumento del esfuerzo económico y administrativo. El proceso se convierte, en la práctica, en una carrera de resistencia.
El 25% de los casos terminan en juicio, y los pasajeros deben esperar entre 18 y 24 meses hasta obtener una resolución favorable. Jordi Mercader, responsable de Reclamio.com, advierte que “las aerolíneas, en la mayoría de ocasiones, intentan evitar o retrasar el pago de las indemnizaciones, lo que nos obliga a interponer una demanda en nombre del cliente y esperar a que se dicte sentencia, algo que puede tardar hasta dos años”.
Esta realidad choca con el objetivo inicial de la normativa europea, que buscaba garantizar derechos básicos a los pasajeros de forma rápida y eficiente. En lugar de eso, se encuentran con un proceso largo y, en ocasiones, disuasorio.
Estrategias para evitar compensaciones
También se ha identificado ciertas prácticas recurrentes por parte de las aerolíneas que complican aún más el acceso a la indemnización. Muchas veces se aprovechan del desconocimiento generalizado sobre los derechos del pasajero, presentando obstáculos deliberados o alegando causas extraordinarias para justificar la incidencia.
El uso de argumentos como condiciones meteorológicas adversas o fallos técnicos no atribuibles directamente a la compañía son habituales. Estas justificaciones permiten a las aerolíneas rechazar reclamaciones sin aportar pruebas claras, trasladando la carga al pasajero o a la empresa reclamadora, que debe entonces iniciar un proceso legal para desmontarlas.
Además, las aerolíneas imponen procesos burocráticos que alargan el tiempo de respuesta, y en algunos casos incluso dejan de contestar, con la esperanza de que el pasajero se rinda en el camino. Este comportamiento contribuye a que el 62% de los pasajeros afectados por una incidencia tenga que recurrir a una demanda para poder avanzar.
Acuerdos antes del juicio para lograr la indemnización
Aunque muchas reclamaciones acaban judicializadas, no todas llegan a juicio. En el 37% de los casos, las aerolíneas terminan aceptando la indemnización una vez que la demanda ha sido interpuesta, pero antes de que se celebre el juicio. En estos casos, el plazo medio para cobrar suele rondar los seis meses desde el momento de la incidencia.
Este escenario refleja una estrategia deliberada: esperar a que el pasajero, o su representante legal, dé el paso formal de demandar para entonces plantear un acuerdo. Aunque esto acorta algo el tiempo, sigue representando un proceso innecesariamente largo que podría resolverse mucho antes.
Solo el 28% de los casos se resuelven mediante un acuerdo extrajudicial rápido, normalmente en menos de tres meses. Para estos pasajeros, el proceso es más ágil y menos traumático, pero se trata de una minoría afortunada.
Reformas que podrían agravar la situación
A todo esto, se suma una nueva preocupación: la propuesta de reforma del Reglamento europeo de Derechos de los Pasajeros Aéreos. Desde Reclamio.com advierten que los cambios planteados podrían hacer más difícil aún reclamar indemnizaciones. Algunas modificaciones, como aumentar los umbrales mínimos de retraso para poder reclamar, supondrían una regresión en la protección actual.
“Esta reforma puede suponer un retroceso en los derechos conquistados. En lugar de corregir los retrasos en el cobro, puede provocar que aún menos personas consigan su indemnización sin pasar por los tribunales”, advierte Jordi Mercader. De aprobarse, afectaría directamente a miles de pasajeros cada año en toda Europa.