Pasar tiempo con el móvil en la cama activa procesos mentales que dificultan dormir, poniendo en riesgo descanso y bienestar. Estudios indican que esta práctica alarga el tiempo de conciliación y genera fatiga al día siguiente. Reconocer este hábito nocivo es el primer paso para recuperar energía y proteger tu salud a largo plazo.
Creer que una revisión rápida antes de dormir relaja puede engañar: el móvil en la cama envía señales de alerta al cerebro, retrasando la producción de melatonina. La luz azul altera el ritmo circadiano y provoca insomnio, empeorando el ánimo. Este pequeño truco nocturno puede costar horas de sueño acumulado y afectar rendimiento diario.
7Cómo gestionar urgencias sin pantalla

Si temes perder una llamada urgente, configura una alarma o pide a alguien de confianza que te avise. Guardar el móvil en la cama fuera del dormitorio no significa renunciar a la seguridad, sino establecer límites saludables. Un teléfono en modo avión o apartado reduce la ansiedad y garantiza un sueño ininterrumpido.
También puedes activar el modo “No molestar” o programar filtros de luz azul en periodos nocturnos, reduciendo la exposición al móvil en la cama y sus efectos sobre el ritmo circadiano. Estas herramientas digitales ayudan a equilibrar conectividad y descanso, mejorando sustancialmente la calidad de tu sueño con pocos ajustes.