Pasar tiempo con el móvil en la cama activa procesos mentales que dificultan dormir, poniendo en riesgo descanso y bienestar. Estudios indican que esta práctica alarga el tiempo de conciliación y genera fatiga al día siguiente. Reconocer este hábito nocivo es el primer paso para recuperar energía y proteger tu salud a largo plazo.
Creer que una revisión rápida antes de dormir relaja puede engañar: el móvil en la cama envía señales de alerta al cerebro, retrasando la producción de melatonina. La luz azul altera el ritmo circadiano y provoca insomnio, empeorando el ánimo. Este pequeño truco nocturno puede costar horas de sueño acumulado y afectar rendimiento diario.
6Alternativas para un buen descanso

Sustituir el móvil en la cama por un libro en papel o música suave ayuda a reducir la estimulación visual y mental antes de dormir. Leer o escuchar sonidos relajantes envía señales claras al cerebro de que es hora de descansar, facilitando la segregación de melatonina y la transición al sueño profundo.
Crear una rutina consistente, donde el móvil en la cama desaparezca al menos sesenta minutos antes de acostarte, mejora tus ciclos de sueño y refuerza la higiene del descanso. Actividades como estiramientos, respiraciones profundas o escribir un diario promueven la calma y preparan el cuerpo para un sueño prolongado y reparador.