El siguiente capítulo de La Promesa es un momento relevante para la serie. En este sentido, Curro decide por fin arriesgarlo todo al confesar su verdadera identidad a Esmeralda, una decisión arriesgada que podría costarle más de lo que verdaderamente está pensando. Con el picante de un conflicto familiar que es cada vez más intenso: Ángela se enfrenta directamente a Leocadia, Lorenzo intenta hacer de intermediario sin éxito, Rómulo parece estar muy próximo a abandonar la finca, las alianzas vacilan y las lealtades son puestas a prueba.
3RUMORES Y RESENTIMIENTOS EN LA PROMESA

El rumor sobre la huida de Rómulo se propaga velozmente en La Promesa. Para muchos de los trabajadores de la finca, Rómulo era el bastón que mantenía bien en orden la finca: su ausencia dejaría un vacío muy difícil de llenar. La parte más sorprendente del asunto es que una de las personas de la planta noble parece haber sido la primera en enterarse, lo que da muy bien la impresión de que su salida tiene que ver en la historia de los secretos familiares.
¿Es una decisión propia o hay algo o alguien más detrás de este repentino viaje?
Por su parte, Jacobo se encuentra en un estado de sufrimiento interior que lo consume. El tema propio del título nobiliario generó una cierta obsesión, de la que cada día que transcurre se iba acercando al borde del abismo. Martina contesta a su rabia, pero las palabras de la joven no tienen efecto.
Hay algo oscuro que nace en él, algo que podría estallar en cualquier momento; cuando esto ocurra, las consecuencias podrían ser irreparables. ¿Es capaz de sacrificarlo todo por honor, incluso a los que le aman? Al mismo tiempo, el duque espera de forma muy ansiosa el resultado de Catalina y Adriano. Su forma de no contestar no se presenta como un simple descuido en la forma de proceder con las buenas maneras, sino como una forma impropia de afrentarse a su capacidad de decisión.
Lo que comienza como una negociación, en la que ha de juntar las voluntades de los implicados para alcanzar una meta, concluye en una lucha por el poder. También el duque es un hombre de acción, un hombre que no se siente cómodo con la espera, sino que –por el contrario– no soporta el ser ignorado. Y si Catalina y Adriano no toman la palabra pronto, se arriesgarán a colocar a todos los miembros de La Promesa en la situación de querer ver al duque en crisis permanente.
La Promesa es, si se puede decir de este modo, un lugar donde las decisiones de los que actúan para alcanzar sus metas continúan un camino que no permite la duda: se concluye en el momento en que se actúa. En este camino, el tiempo es un recurso cada vez más escaso, y la acción debe ser inminente.