Los conductores ya conocen los radares convencionales, pero la DGT ha dado un paso más con dispositivos capaces de vigilar velocidad en ambos sentidos y detectar acelerones tras el paso. Estas máquinas pretenden erradicar maniobras para evadir sanciones y aumentar la seguridad vial en cada tramo controlado del país.
Aunque muchos memorizaron ubicaciones de radares fijos, bastan unos metros para pasarlos de largo y recuperar velocidad, algo que la DGT ha decidido impedir. Las nuevas unidades disparan una foto bidireccional, obligando a mantener el límite incluso al alejarse, lo que supone un cambio contundente para conductores despistados o temerarios.
6Impacto en la conducción cotidiana

Muchos usuarios confiesan haber dejado de “jugar al gato y al ratón con los radares tras descubrir que estos aparatos captan acelerones en cualquier dirección. La DGT convierte así cada tramo controlado en zona segura permanente, reduciendo la probabilidad de atropellos y colisiones por adelantamientos imprudentes.
Además, la sensación de estar siempre vigilado promueve una conducción más responsable, donde el respeto a las señales y la anticipación de frenadas ganan protagonismo, reduciendo el estrés y mejorando la fluidez del tráfico en carreteras y vías rápidas.