Los conductores ya conocen los radares convencionales, pero la DGT ha dado un paso más con dispositivos capaces de vigilar velocidad en ambos sentidos y detectar acelerones tras el paso. Estas máquinas pretenden erradicar maniobras para evadir sanciones y aumentar la seguridad vial en cada tramo controlado del país.
Aunque muchos memorizaron ubicaciones de radares fijos, bastan unos metros para pasarlos de largo y recuperar velocidad, algo que la DGT ha decidido impedir. Las nuevas unidades disparan una foto bidireccional, obligando a mantener el límite incluso al alejarse, lo que supone un cambio contundente para conductores despistados o temerarios.
4Estadísticas de cobertura nacional

De los 3 000 radares distribuidos en España, 2 010 son fijos, 400 de semáforo, 167 de tramo y 243 móviles dedicados al cinturón y uso del móvil. La DGT incrementa su flota para cubrir carreteras secundarias, donde antes resultaba difícil detectar excesos continuos de velocidad y punteros en atropellos.
El despliegue estratégico prioriza puntos con alta siniestralidad y tramos cercanos a núcleos urbanos, donde los accidentes por exceso de velocidad concentran el mayor numero de víctimas. Con este enfoque, la DGT busca disuadir a conductores antes de que la infracción ocurra.