El nivel de tensión que existe en La Promesa ha llegado a un momento que no tiene vuelta atrás. Lo que había sido un simple conflicto familiar ha ido derivando en una guerra silenciosa, donde las lealtades se rompen y donde los secretos están a punto de explotar. Ángela, desafiando a su madre Leocadia, le ha hecho frente desde los propios jardines del propio palacio, resistiendo frío y humedad, con una determinación que ha conmovido incluso a los sirvientes más fieles.
2UN SECRETO A PUNTO DE ESTALLAR

Las noches en el hangar de La Promesa ya no son tranquilas. Manuel y Toño han comenzado a notar las desapariciones de herramientas, materiales, incluso papeles con anotaciones sospechosas. «Alguien está cotilleando donde no debe y las sospechas apuntan a una mano amiga», susurran los operarios en las sombras.
Aquel misterio ha sido insustituible para Manuel que ha llegado a empezar a colocar trampas. «Si alguien vuelve a meterse aquí, dejará huellas este último golpe», señala mientras va colocando un hilo muy fino atado a una campanilla en el umbral de la puerta. Toño, aunque más escéptico, piensa que el ladrón conoce demasiado bien cuando se van a ir. «No es un extraño. Sabrá cuando nos marchamos y cuáles son nuestros bolsillos» apunta, mientras sus ojos vuelven de reojo al resto del personal.
Pero Curro tiene otros planes para el hangar. Esmeralda, la misteriosa dependienta de la joyería lleva días esquivándolo, pero él ha decidido no dejarla escapar nuevamente. Cuando por fin la aprisiona entre cajas de herramientas, el aire se espesa. «Sé que sabes quién le dio el veneno a Jana», la increpa Curro con voz temblorosa de rabia. Esmeralda, pálida, agarra la puerta como buscando una salida, pero Curro le bloquea el paso. «No te acerques hasta que hables», exige, y en sus ojos brilla una peligrosa determinación.
Lo que vendrá podría cambiarlo todo. Si Esmeralda habla, el nombre que emerja de sus labios desatará una cadena de venganzas. Pero si guarda silencio, ¿dónde llegará Curro para llegar a la verdad? «Nadie en La Promesa está preparado para lo que se les viene», dice un testigo accidental que contempla la escena desde la oscuridad.