Nuestro organismo envía señales sutiles cuando empieza a faltarle agua: esa sensación de sequedad en la boca, el cansancio inesperado o el ligero dolor de cabeza. Reconocer estos avisos tempranos es clave para evitar problemas mayores. Actuar con rapidez puede marcar la diferencia en tu bienestar diario.
Beber un vaso de agua no siempre basta si la pérdida de líquidos ya es significativa. Nuestro cuerpo, formado por dos tercios de agua, necesita un equilibrio constante para digerir alimentos, eliminar toxinas y regular la temperatura. La deshidratación puede afectar el ánimo, la concentración y el rendimiento físico, así que conviene anticiparse antes de sentir sed.
3Calambres y sus raíces ocultas

Los calambres musculares —sobre todo en piernas y brazos— son frecuentes al dormir o durante el ejercicio intenso. La falta de electrolitos provoca contracturas dolorosas e impredecibles. Mantener un correcto nivel de sales minerales es tan importante como beber suficinte agua para evitar estas molestias.
Si notas ese pinchazo repentino, estirar puede aliviar, pero lo más efectivo es reponer agua con una pizca de sal y potasio, como en una bebida isotónica casera. Así evitas que la molestia se repita y ayudas a tus músculos a recuperarse mejor. Di adiós a la deshidratación.