En la actualidad, la IA generativa está transformando aceleradamente el modo en que las organizaciones desarrollan productos, gestionan procesos y abordan la innovación. Sin embargo, este impulso tecnológico no está exento de amenazas.
Aunque el 73% de los líderes en ciberseguridad asegura estar invirtiendo en programas relacionados con la IA generativa, no todos cuentan con una estrategia integral para hacer frente a los riesgos que esta tecnología implica.
Diversos estudios, como los realizados por Deloitte, evidencian que las principales preocupaciones de las empresas en esta materia son la gestión de riesgos y el cumplimiento normativo.
Ante un ecosistema en constante evolución, caracterizado por un mercado en maduración y una regulación cambiante, las organizaciones se ven en la necesidad de reforzar sus inversiones en ciberseguridad y reevaluar sus marcos de actuación.

Riesgos de la IA generativa para la empresa
Uno de los retos principales al implementar IA generativa es la garantía de una adecuada protección de los datos. Los modelos suelen entrenarse con grandes volúmenes de información obtenida de fuentes abiertas o poco controladas. Esto complica la trazabilidad, eleva el riesgo de alucinaciones y favorece la desinformación. Además, la generación de contenido automatizado introduce nuevas dudas sobre la propiedad intelectual y los derechos de autor.
La incorporación de herramientas de IA generativa en los procesos de programación puede amplificar vulnerabilidades preexistentes si no se establecen medidas de control claras.
Muchas organizaciones han detectado que sus empleados utilizan soluciones sin aprobación previa, lo que puede derivar en la exposición de datos confidenciales. Estos comportamientos, aunque no malintencionados, aumentan el riesgo operativo de forma significativa.
Riesgos para las capacidades de la IA generativa
La IA generativa puede ser objeto de técnicas maliciosas como las inyecciones de instrucciones, los ataques de evasión o el envenenamiento de datos. Estas prácticas buscan alterar el comportamiento del modelo, ya sea para obtener información, provocar errores o manipular salidas.
Las alucinaciones también son un problema recurrente, ya que los modelos pueden generar respuestas incorrectas con apariencia de veracidad.
Algunas estrategias incluyen la implementación de cortafuegos específicos para modelos de IA generativa, la validación de entradas, el acceso limitado por rol y la supervisión humana. La combinación de herramientas tecnológicas con un enfoque proactivo permite anticipar posibles vulnerabilidades y reducir su impacto.
Riesgos de la IA generativa y los ciberataques
El uso de IA generativa por parte de actores maliciosos está facilitando la creación de malware, phishing y fraudes con un grado de sofisticación creciente. Este tipo de ataques aprovecha las capacidades del lenguaje natural para generar mensajes altamente convincentes, capaces de engañar incluso a usuarios experimentados.
Organizaciones líderes están reforzando sus sistemas de detección y respuesta mediante la incorporación de técnicas de inteligencia artificial. Al mismo tiempo, actualizan sus programas de formación en ciberseguridad para educar a sus equipos sobre los nuevos vectores de ataque. El cambio cultural y la sensibilización son pilares fundamentales en este contexto.
Riesgos de la IA sin regulación
Uno de los grandes desafíos en torno a la IA generativa es la ausencia de un marco regulatorio homogéneo. Las legislaciones varían por país y por región, lo que obliga a las empresas a adaptar continuamente sus políticas de cumplimiento. La falta de claridad puede frenar iniciativas o generar brechas legales inadvertidas.
El auge de esta tecnología ha incrementado la demanda de recursos computacionales y energéticos. Muchas organizaciones se enfrentan a la dificultad de escalar sus sistemas sin depender excesivamente de determinados proveedores. Esta dependencia puede derivar en una menor flexibilidad operativa y en riesgos asociados al «vendor lock-in».
Hacia una estrategia de ciberseguridad eficaz
Las cifras de inversión en IA generativa son sólo un indicio de la magnitud del cambio que está en marcha. Pero invertir sin comprender a fondo los riesgos puede ser contraproducente.
Las organizaciones deben adoptar un enfoque integral que contemple la gestión del riesgo desde el diseño, la monitorización constante del entorno y la adaptación ágil a nuevas amenazas.
El verdadero reto no está en frenar la adopción de la IA generativa, sino en hacerlo de forma responsable y alineada con los objetivos estratégicos de cada empresa.