lunes, 16 junio 2025

‘La Favorita 1922’: Llega el marqués con un único objetivo, vengar la muerte de su hijo

La Favorita 1922 no es solamente un espacio en el cual se sirven platos sabrosos, sino una situación escénica donde los corazones laten entre traiciones, amores prohibidos y la fascinación que despiertan las venganzas servidas en frío. La llegada del marqués Don César ha hecho tambalear las bases de un lugar que parecía haber encontrado, por fin, algo de la tranquilidad perdida. Pero en este universo, en el cual cada personaje encierra y muestra más de lo que indica, la calma nunca dura demasiado.

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EL MARQUÉS Y SU VENGANZA

'La Favorita 1922': Llega el marqués con un único objetivo, vengar la muerte de su hijo
Fuente: Mediaset

Don César en La Favorita 1922 no es un hombre que actúe por impulso. Venganza, como plato bien elaborado, requiere tiempo, paciencia y los ingredientes adecuados; su estrategia es clara: ir ganándose la confianza de las favoritas para, después, dividirlas desde dentro. Su conversación con Manuel, la historia de su paternidad, es un claro ejemplo de su modus operandi. El mozo está feliz y satisfecho por su futura paternidad y le asesta un golpe bajo cuando Don César cuestiona su capacidad de ser padre. “Sabe un hombre que no tuvo padre, lo dudo muchísimo que sea un buen padre”, susurra Don César, colocando su arma de duda en un corazón muy ilusionado hasta entonces.

Pero Don César, por supuesto, va más allá. Cecilia, en el momento de su embarazo, es su siguiente objetivo. Él se desdibuja en la figura del que protege y la hace creer que las otras compañeras, aunque bienintencionadas, no son ninguna ayuda en un momento que lleva al efecto de «alimento de la vida»: ¿será capaz de ir más allá de su manipulación? El desvanecerse de Cecilia en la cocina no hace más que añadir leña en el fuego. ¿!– /wp:paragraph –>

Lo más peligroso de Don César es que nadie llega a desconfiar de sus intenciones ocultas; mientras las favoritas lo ven como un caballero, el marqués ya ha empezado a envenenar sus relaciones. Con Elena, por ejemplo, tiene conversaciones aparentemente inofensivas, pero todo es culpa de él, cada palabra estaba meditada por él para acabar con su liderazgo.

Y luego está Lola, a la que la salida de Julio le deja en una especie de limbo; el marqués podría intentar explotar su debilidad desde la cara de la comprensión y alimentando el odio hacia las demás. En este partido de ajedrez, cada movimiento irá acercando al marqués a su máxima meta: ver como La Favorita se desmorona desde las entrañas. La pregunta será: ¿llegará alguien a descubrir su juego con anterioridad a que sea demasiado tarde?

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