El aguacate se ha convertido en un indispensable en nuestras cocinas, un auténtico tesoro nutricional y culinario que ha conquistado paladares en toda España. Sin embargo, su elección en el supermercado o la frutería sigue siendo, para muchos, una lotería donde el tacto parece ser el único juez, una práctica que, lejos de garantizar el éxito, a menudo nos conduce a la decepción de encontrar una pieza demasiado dura o, peor aún, pasada e incomestible.
Pero, ¿y si te dijera que existe un método infalible, un pequeño gesto que desmonta por completo el mito de apretujar el fruto? Una técnica sencilla, casi un secreto a voces entre los más avezados conocedores del aguacate, que está cambiando la forma en que seleccionamos esta delicia, prometiendo acabar de una vez por todas con las malas experiencias y asegurando que cada pieza elegida esté en su punto exacto de maduración.
3LA CIENCIA DETRÁS DEL PEDÚNCULO: ENTENDIENDO LA MADUREZ DEL AGUACATE

Este método no es magia, sino que tiene una explicación lógica relacionada con el proceso de maduración del aguacate. El área bajo el pedúnculo es una de las últimas partes del fruto en madurar completamente y, al mismo tiempo, es una pequeña ventana que nos ofrece una vista previa de lo que encontraremos en el interior. Al estar protegida por el propio rabito, no sufre la oxidación prematura que sí afectaría a una incisión directa.
Cuando el aguacate alcanza su punto óptimo, los azúcares se han desarrollado y las enzimas han ablandado la pulpa de manera uniforme, un proceso que también facilita que el pedúnculo se separe sin dificultad. El color verde intenso bajo el rabito indica que la pulpa conserva su frescura y no ha comenzado a oxidarse. Si está oscuro, es porque el proceso de maduración ha avanzado demasiado, y la oxidación y el deterioro ya han comenzado a afectar esa zona, anticipando una pulpa con manchas o un sabor desagradable.