El aguacate se ha convertido en un indispensable en nuestras cocinas, un auténtico tesoro nutricional y culinario que ha conquistado paladares en toda España. Sin embargo, su elección en el supermercado o la frutería sigue siendo, para muchos, una lotería donde el tacto parece ser el único juez, una práctica que, lejos de garantizar el éxito, a menudo nos conduce a la decepción de encontrar una pieza demasiado dura o, peor aún, pasada e incomestible.
Pero, ¿y si te dijera que existe un método infalible, un pequeño gesto que desmonta por completo el mito de apretujar el fruto? Una técnica sencilla, casi un secreto a voces entre los más avezados conocedores del aguacate, que está cambiando la forma en que seleccionamos esta delicia, prometiendo acabar de una vez por todas con las malas experiencias y asegurando que cada pieza elegida esté en su punto exacto de maduración.
2EL SECRETO DEL RABITO: LA PRUEBA DEL ALGODÓN PARA EL AGUACATE PERFECTO

Ha llegado el momento de desvelar el truco definitivo, ese que realmente marca la diferencia y que nos permitirá elegir el aguacate ideal sin temor a equivocarnos. La clave reside en una parte minúscula del fruto, a menudo ignorada: el pequeño pedúnculo o rabito que se encuentra en la parte superior, justo donde el aguacate se unía a la rama del árbol. Este pequeño apéndice es el verdadero chivato de su estado interno.
La prueba es asombrosamente sencilla: intenta retirar con suavidad ese pequeño rabito. Si se desprende con facilidad y la cavidad que deja al descubierto muestra un color verde brillante, ¡bingo!, tienes en tus manos un aguacate en su punto óptimo de maduración, listo para ser disfrutado. Si, por el contrario, el rabito se resiste a salir o necesitas hacer mucha fuerza, significa que el fruto aún está verde y necesita más tiempo para madurar. Y si al quitarlo, la zona inferior se ve de color marrón oscuro o negruzco, es una señal inequívoca de que el aguacate está pasado.